Resolver “contradicciones” en el modelo de evaluación, demandan


Las propuestas que el titular del Ejecutivo federal envió al Senado para nombrar a los miembros de la junta directiva del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) generaron polémica entre especialistas en la materia. Varios resaltaron la posición “conservadora” entre la mayoría de los académicos que forman las cinco ternas.
Investigadores y expertos en la materia –que pidieron no mencionar sus nombres para que su opinión no se entienda como molestia por no aparecer en las ternas y con el fin de no interferir en el proceso– indicaron que si bien casi todos los personajes que integran las ternas individualmente “no serían impugnables, dentro del universo de especialistas (el gobierno federal) ha seleccionado a muchos que se encuentran más alineados con la reforma educativa”.
Consideraron que los académicos propuestos por Peña Nieto no transformarán la dinámica de la evaluación del sistema educativo. “Es una lista muy a modo. Con un par de excepciones, se trata de nombres palomeados. No jugaron el riesgo de incluir a expertos con una línea diferente, crítica. Con base en ello, no se puede esperar un mejoramiento en el esquema de evaluación”.
Resaltaron que el titular de la Secretaría de Educación Pública, Emilio Chuayffet, solicitó la participación de especialistas en el sector para que propusieran candidatos para las ternas. Si bien algunos respondieron, otros optaron por mantenerse al margen al considerar que el proceso “tenía problemas de origen”.
Señalaron que se trata de un proceso más político que académico, que orillará a los expertos propuestos a una serie de relaciones y alineamientos políticos, así como a la búsqueda de apoyos institucionales, para ser designados en la junta directiva.
“Otra parte problemática es la indefinición que aún existe sobre las futuras tareas del INEE, al que al principio parece que se le adjudicará la responsabilidad de evaluar a los maestros mexicanos, algo que no figuraba en las funciones de esta instancia. Antes de las ternas y los posibles nombramientos, debieron definirse las que serán las competencias del instituto.”
En contraparte, Roberto Rodríguez, miembro del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, afirmó que se trata de “todo un acierto que se hayan recargado en el sector académico y en quienes han hecho investigación y trabajos de desarrollo sobre la evaluación”.
Consideró que se trata de académicos “con posiciones críticas, sobre todo alrededor del tema de la evaluación de docentes. Yo no los tacharía de conservadores, varios son críticos y consecuentes”.
A su vez, Tatiana Coll Lebedeff, experta en el sistema educativo nacional, señaló que lo relevante “no es quién quede al frente” del INEE, “sino resolver las crecientes contradicciones en el modelo con que se busca valorar las capacidades pedagógicas de poco más de 1.2 millones de maestros”.
Luego de que el Senado diera a conocer la lista de 15 candidatos a integrar la junta de gobierno del organismo, destacó que hasta el momento no está claro quién tendrá el control de la política de evaluación de docentes en el país ni cuál es su orientación.
Por un lado, apuntó, la SEP eleva la unidad de planeación y evaluación de políticas educativas a rango de subsecretaría, pero al mismo tiempo el gobierno federal dota de enormes facultades al INEE.
Coll, profesora-investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, indicó: “cabe preguntarnos si quedarán al frente del instituto aquellos personajes que apoyan la visión centralista de la actual administración o quienes se han opuesto de manera sistemática a aplicar un sistema de evaluación estandarizado que no puede reflejar quién es un buen docente”.
Desde su fundación en 2002, durante el sexenio de Vicente Fox, recordó, el instituto se enfrascó en diversas confrontaciones con la visión de la administración federal.
Con Felipe Martínez Rizo como director fundador y Eduardo Backhoff Escudero como experto en evaluación –este último es uno de los candidatos a la junta de gobierno– se “opusieron totalmente a aplicar un modelo estandarizado, porque reconocieron que las pruebas censales están condenadas al fracaso”.
En el gobierno de Felipe Calderón, añadió, “hubo voces de especialistas que alertamos sobre los efectos nocivos de vincular los resultados de la evaluación del magisterio con los estímulos económicos, lo que genera un círculo perverso, pero no se nos tomó en cuenta”.
Coautora del libro El secuestro de la educación: el sexenio educativo de Elba Esther Gordillo y Felipe Calderón, consideró que al enviar una lista de los 15 especialistas más votados por la comunidad académica, en realidad el mensaje es que el gobierno federal “ya asumió una visión de lo que quiere hacer del INEE; pero sin definir qué maestros quiere formar ni qué modelo de educación busca impartir”.

Emir Olivares Alonso y Laura Poy Solano, La Jornada, 12 de abril.

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