Progresiva entrega del liderazgo educativo a la IP: Hugo Aboites


En México hay una progresiva y paulatina entrega de la conducción de la educación al sector privado, el cual ahora tiene una injerencia que nunca tuvo el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), señala el investigador Hugo Aboites Aguilar, quien agrega: “Ya han rebasado a Elba Esther Gordillo y a la cúpula sindical”.
Además, el especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana considera que el desalojo del viernes en la Autopista del Sol de los maestros inconformes de Guerrero “representa una toma de postura del gobierno federal que recuerda al PRI de los años 60 y 70. Hay acuerdos y pactos, pero son los oficiales los que valen, y la disidencia será reprimida duramente”.
Más 30 años de conflictoAboites habla en entrevista telefónica desde la ciudad de Oaxaca, donde participa en la asamblea estatal de maestros de la sección 22 del SNTE para elaborar una iniciativa de ley del estado en materia educativa.
–¿Cuál es el origen de este conflicto, pues se han mencionado factores laborales, diferencias de concepción sobre el modelo educativo e incluso la diversidad cultural?
–El origen es un conflicto por la democracia sindical en 1979, cuando comienza la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). La democracia y el salario eran los dos ejes fundamentales de la movilización magisterial y así comenzó a darse una separación de la visión oficial respecto de la educación.
“Esta separación se agravó en los años 80 y 90, cuando empieza a llegar la onda neoliberal y cambia radicalmente el sentido de la educación mexicana, que había sido popular, crítica, científica y nacionalista, a una visión como la conocemos ahora: tecnocrática, orientada a la mercantilización y la privatización.”
–¿Más apegada a las necesidades del aparato productivo?
–Exacto, una educación para formar capital humano. Esta separación se ha venido agrandando, de tal manera que en 2008 los maestros comienzan a plantear otra visión de la educación, ya no sólo referente a lo laboral. Con la Alianza por la Calidad de la Educación (ACE) empieza una etapa nueva porque los maestros hacen propuestas desde las secciones mismas. Y esta división es radicalmente profunda con la modificación constitucional, algo que no habíamos visto en 30 años.
–Usted ha dicho que en la década de los 30 y 40 del siglo XX los maestros participaban en el diseño de las políticas educativas o al menos estaban de acuerdo con ellas.
–Había congresos muy importantes en los que se discutían las líneas generales. Incluso, algo paradójico es que en el porfiriato había una participación magisterial muy importante, misma que ya no se respeta. Ahora los profesores son considerados como empleados, meros operadores de planes de estudio que tienen que acatar órdenes, ya no son catalogados como profesionistas. Eso va en contra de la dignidad del magisterio mismo. La evaluación que se plantea los obliga a ceñirse a Enlace y Pisa. En ese sentido, han perdido autonomía profesional.
Autor de libros como Viento del norte: TLC y privatización de la educación superior en México, Aboites comenta que otro aspecto de la reforma educativa al que se oponen los maestros es la cuestión laboral, “porque los declara en estado de excepción al decir que se va a reglamentar el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en una ley general de educación, algo que no corresponde al artículo tercero especificar, porque es materia del artículo 123. Y el hecho de que se hayan dado estos amparos a estas modificaciones sustanciales habla de que tienen la razón los maestros, porque los jueces están diciendo que no se les puede despedir a partir de una evaluación”.
–Ahora se observa con mayor frecuencia la participación de organismos empresariales, como la Coparmex, en la discusión y diseño de la política educativa. ¿Qué significa ésto?
–Es la culminación de otro proceso, que comenzó en 1988, cuando el Instituto de Proposiciones Estratégicas del Sector Privado planteó una propuesta de agenda de cambios que deberían realizarse, y en el sexenio de Salinas de Gortari estos cambios, como la descentralización y la reforma al tercero constitucional, se llevaron a cabo. En 1990 se firma un acuerdo mediante el cual el sector privado podrá dirigir instituciones públicas que son llamadas universidades tecnológicas. En 1994 se abre la puerta a la inversión privada en educación con el Tratado de Libre Comercio.
“En 1996 México se incorpora a la OCDE, representante de los intereses empresariales a escala mundial, la cual hace una evaluación y una serie de recomendaciones obligatorias al gobierno mexicano. En 2000 Vicente Fox lanza el Compromiso por la Calidad e invita a participar a Televisa y a otros sectores privados, incluyendo a la Asociación de Padres de Familia, de corte derechista. En el sexenio de Felipe Calderón se crean los créditos para que los estudiantes mexicanos puedan pagar las colegiaturas de las escuelas privadas, créditos con recursos públicos”.

Arturo Jiménez, La Jornada, 7 de abril.

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