Entre el pizarrón y el volante


Apenado, Felipe Aquino Jiménez admite: “El salario no alcanza”. Este profesor tiene asignadas 24 horas en educación física y cinco más como maestro de español, en la Secundaria Técnica 50 de esta ciudad zapoteca. “Con 29 horas de trabajo gano 5 mil pesos mensuales”, dice.
Pero al maestro le descuentan 3 mil pesos por una demanda de pensión alimenticia. “Tengo otra familia, mi esposa y tres hijos pequeños y para que el dinero alcance, trabajo como taxista”, reveló.
Los días martes por la tarde, sábado por la mañana y todo el día de los domingos, el maestro se pone frente al volante y busca clientes. “Con los cuatro turnos de taxista, a veces gano mil pesos. No siempre”, dijo.
“Lo bueno es que mi esposa confecciona vestidos para niñas y gana unos 500 pesos al mes con la hechura de cuatro vestidos”, explica el profesor Aquino.
Entre los dos “nos ayudamos con el gasto y cada quincena nos abastecemos de la despensa, compramos carne, leche, pollo, verduras, huevos, alguna fruta y ahí se va el dinero. No alcanza para comprar balones de volibol o basquetbol y ni para libros”.
Alberto López corresponsal, El Universal, 16 de abril.

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