Celebra Cuba con mariachi

LA HABANA.- El mariachi se ha convertido en lo más "trendy" en la capital de Cuba.

Los exponentes isleños de esta música tradicional mexicana tocan lo mismo en un aniversario familiar, que en las más sofisticadas fiestas privadas, donde se escuchan por todo lo alto las rancheras, corridos, huapangos y boleros.

A Susana, por ejemplo, le festejaron sus 15 años con una serenata y asegura que fue un momento inolvidable.

Por su parte, Laura se casó por la Iglesia y el Real Jalisco puso la música, tal como lo había soñado, dice. Y aún se emociona al recordar.

"No hay una mujer cubana que pueda resistirse a unos mariachis", afirman por su parte los músicos del conjunto Los Reyes, nacidos en la provincia de Cienfuegos, quienes presumen de tener 500 canciones en su repertorio, muchas de José Alfredo Jiménez.

El veterano Luis Rey Palmero, alias "El Charro Negro", con más de 50 años de vida artística y uno de los vocalistas locales más destacados de los géneros musicales de México, opina que los cubanos llevan en la sangre la música mexicana, porque, siendo muy niños, sus padres los llevaban a todos al cine a ver películas del País y en la mayoría, afirma, cantaban muy bonito los mariachis.

De los grupos conocidos -y se cuentan por decenas en toda la Isla- hoy destaca el Mariachi Juvenil de Cuba, dirigido por el joven Raydel Luis Iglesias, graduado del Instituto Superior de Arte, quien tiene entre sus admiradoras a figuras como la bailarina y coreógrafa Alicia Alonso.

Aunque la edad promedio de sus integrantes es de 25 años, este grupo acumula ya conciertos en vivo junto a reconocidos cantantes isleños como Mayko D'Alma, Paulo FG o Haila, y también ha acompañado a figuras de la televisión como Sergio Farías, Alain Daniel o Edith Massola en programas de gran audiencia.

La agrupación se fundó en 2009 y sin haber salido aun del país, su virtuosismo ha sido galardonado por el Instituto Cubano de la Música.

Nery Díaz Vila comenta a REFORMA que el Mariachi Juvenil de Cuba no para de trabajar y de ampliar su repertorio. Y destaca que le han llegado a contratar hasta para acompañar un funeral y su posterior entierro.

"El hijo del fallecido nos vino a buscar porque su papá siempre había dicho que a su muerte le interpretaran música mexicana. La familia pidió permiso en la funeraria del municipio Marianao de La Habana y allí cantaron bien bonito los muchachos, cuatro canciones", recordó Díaz Vila.

La emoción que provocó esa insólita interpretación fue tanta que el primogénito del difunto pidió a los mariachis que acompañaran el cortejo fúnebre hasta el camposanto.

"Literalmente, se bajó el ataúd a la bóveda al son del Jarabe Tapatío", cuenta la mujer.

La afición por la música mexicana es tal que, en 2005, se inauguró una Escuela de Mariachis en la región oriental de la Isla, donde abundan los fanáticos del guitarrón y del grito enamorado y bien sostenido.

La primera generación de cubanos que salió de esta institución fue de 120 instrumentistas y cantantes.

Carlos Chacón, director del centro, igual que "El Charro Negro", atribuye la pasión de estos grupos isleños por obtener la mejor formación musical, buenos instrumentos originales, y ropa adecuada -que a veces consiguen solo gracias a la solidaridad de amigos mexicanos-, al fuerte arraigo popular que tiene la música tradicional de México, llegada a La Habana sobre todo a través de la caribeña zona oriental de Cuba.

Así lo dijo

"He oído muchos mariachis y, precisamente por ello, me siento orgullosa de que el que más me haya gustado (el Mariachi Juvenil de Cuba) sea cubano y de muchachos jóvenes".


Rosita Fornés, artista cubana

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma 7 de abril.