Cuba pondrá en marcha dos de sus más ambiciosos planes de reforma económica


La Habana, 7 de enero. Cuba inicia este año dos de sus más ambiciosos planes de reforma económica: una especie de burbuja de mercado con empresas estatales y la creación de cientos de cooperativas urbanas de producción y servicios.
Las tareas de la reforma en 2013 y 2014 serán las más complejas, de mayor importancia e impacto en la actualización del modelo económico y en toda la sociedad, dijo al Parlamento el principal operador del proceso, el vicepresidente Marino Murillo.
Con las nuevas experiencias, la reforma cubana sale de los límites del micronegocio personal y de la vida interna de las empresas para cruzar una sensible frontera y crear un nuevo ambiente de relaciones entre agentes económicos, sin precedente en medio siglo en la isla.
Todo esto es más difícil que dejar que la gente venda los carros y las casas, que fue lo que hicimos en la primera etapa, ir eliminando prohibiciones, señaló Murillo, en la sesión de diciembre de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
En un experimento piloto, un pequeño grupo de empresas pasará este año a un sistema mercantil diferente al del resto, con autonomía para capitalizarse, aprovechar sus beneficios y aumentar los ingresos de sus trabajadores sin esperar subsidios del Estado.
El nuevo modelo rompe con el control vertical de corte soviético que ha ejercido el gobierno sobre las empresas durante décadas. Además, rebasa el perfeccionamiento empresarial, un mecanismo de origen militar que buscaba eficiencia, pero que no salía de las cuatro paredes de la planta.
El gobierno espera impulsar así una nueva cultura gerencial, un incipiente mercado mayorista y la inserción de sus empresas en el circuito de precios internacionales.
La venta de algún producto según la oferta y la demanda, no en lo que fija el Estado, como ahora, revelará cuál es el precio de un producto que el mercado cubano reconoce, explicó Murillo.
Cuba ignora hoy cuál es su competitividad internacional, porque los precios los ponemos con la mano y no tenemos mucho en cuenta las condiciones del mercado, agregó el vicepresidente.
En el experimento entrarán el Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas (segundo renglón de exportación de bienes, después del níquel); el Grupo Azucarero Azcuba (a cargo de toda esa agroindustria) y la Empresa de Cultivo del Camarón.
Otras empresas participarán en forma parcial. Murillo indicó que inicialmente esa burbuja será en pequeña escala, para poder gobernar los cambios que provocará.
Si no creamos todas las condiciones para potenciar el desarrollo de las fuerzas productivas, en particular el de la empresa estatal, no avanzaremos en la actualización del modelo, subrayó.
Nuevos giros para microempresas
El vicepresidente anunció también que se abrirán nuevos giros para la microempresa y que este año empezarán a funcionar 230 cooperativas urbanas de producción y servicios en 47 ramas, en su mayor parte dedicadas al giro de la reparación y construcción de viviendas.
Hasta ahora en Cuba sólo había cooperativas agropecuarias. La implantación de esa forma empresarial en las ciudades será una plataforma para detonar la migración de empleados a la iniciativa privada.
Las unidades tendrán autonomía de gestión, capacidad para exportar e importar a través de agencias estatales, no dependerán de ninguna autoridad pública y podrán vender sus bienes o servicios a precios de mercado.
Los locales estatales inactivos que puedan explotarse con cooperativas se someterán a licitación abierta, una experiencia antes inexistente en Cuba.
En la etapa inicial habrá cooperativas de servicios profesionales en traducción, informática y contabilidad, lo cual abre un campo hasta ahora cerrado para la fuerza laboral calificada.
A pesar del estímulo al emprendedor que hay en la nueva política, la formación de cooperativas todavía se enfrenta a la burocracia: para constituirlas hay que recorrer trámites en cuatro niveles de autoridad hasta llegar al Consejo de Ministros.
Otros apoyos
El gobierno está adoptando otras decisiones de política económica, que al final del camino contribuyen a la formación del nuevo entorno mercantil. Es el caso del retiro gradual de subsidios a las empresas o la firme contención del déficit fiscal (3.6 por ciento del producto interno bruto en 2010; 3.8 en 2011 y 2012 y pronóstico de 3.6 para 2013).
También se puede computar la eliminación del antiguo impuesto a la circulación (al productor) para remplazarlo por el de venta (a la empresa minorista). Ahora el impuesto se va a captar donde ocurre el hecho económico, señaló Murillo.
Otras decisiones romperán ataduras para el pago de bienes y servicios a los microempresarios en la moneda cubana mejor valorada (peso convertible o CUC) y también se quitarán los candados para que una empresa produzca o venda según reclame el mercado.
Murillo puso en este caso un ejemplo que puede ocurrir bajo las reglas actuales: una fábrica de cemento produce al máximo, pero el comprador autorizado no recoge la mercancía; el inventario se queda, la empresa para y pierde y no se aprovecha el producto.
No tiene sentido que la fábrica de cemento esté parada porque está abarrotada y en la esquina hay una escuela que tiene que montar una taza de baño y no puede comprar una bolsa de cemento, ilustró.
Gerardo Arreola, La Jornada, 8 de enero.

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