Almuerzo y carcajadas

El Canciller José Antonio Meade no pudo contener la risa, como casi ninguno de los diplomáticos reunidos en Palacio Nacional, cuando el Presidente Enrique Peña Nieto expresó su deseo de que el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, apoye al Servicio Exterior Mexicano más que el ex titular de la dependencia, el mismo José Antonio Meade.

"Estoy consciente de que en ocasiones deben cumplir con su elevada encomienda en condiciones de estrechez financiera o de recursos humanos. A esto, estoy seguro, que estará muy sensible el nuevo Canciller", dijo Peña.

"Espero que la disposición, apoyo y respaldo que tenga del Gobierno de la República, a través de la Secretaría de Hacienda, y que nos dé crédito público, sea mayor a la que tuvo con el anterior Secretario de Hacienda", añadió el Mandatario, lo que desató las risas de los presentes.

Meade lanzó la carcajada, tomó su copa de vino blanco y le dio un sorbo, para luego intercambiar palabras con Ernesto Cordero, presidente del Senado.

Su antecesora, Patricia Espinosa, quien estaba a tan sólo a dos lugares de Meade y a quien indirectamente aludió el Presidente, soltó una risa ligera.

Las carcajadas de los diplomáticos eran tan solo una muestra del optimismo que imperó en la reunión con Peña. En primer lugar, los Embajadores y Cónsules mexicanos estaban gustosos de regresar a Palacio Nacional, recinto que casi no pisaron durante la administración de Felipe Calderón.

Los diplomáticos recibieron con agrado el mensaje de promover un México que busca la paz, más que la de un México en guerra, y entendieron que como portavoces del Estado mexicano, deberán llevar al mundo la imagen de un México próspero, tanto por la estabilidad macroeconómica de la que goza el País en comparación con otras naciones, como por el consenso por impulsar reformas. Lo dijo Meade en su discurso inaugural, lo dijo Luis Videgaray en su conferencia magistral, y lo enfatizó Peña en el almuerzo de ayer.

Acompañaban a Meade y a Espinosa en la mesa de honor los ex Cancilleres José Ángel Gurría, Rosario Green, Jorge Castañeda, Fernando Solana y Bernardo Sepúlveda; el Embajador Andrés Rozental; los Gobernadores Eruviel Ávila, César Duarte, Graco Ramírez y Guillermo Padrés; los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados, Ernesto Cordero y Federico Arroyo Vieyra, y el Ministro Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Seis fueron las ausencias notables, la más destacada la de Arturo Sarukhan, Embajador de México en Estados Unidos, quien hoy será relevado por el ex Procurador Eduardo Medina Mora.

Tampoco estuvieron los Embajadores de extracción panista o afines a Acción Nacional: Gabriel Jiménez Remus, Embajador en Cuba; Fernando Estrada Sámano, Embajador en Paraguay; Francisco Ramírez Acuña, Embajador en España; Federico Ling Altamirano, Embajador ante la Santa Sede, y Jorge Eugenio Guajardo González; Embajador en China.

En día y medio de trabajos, la reunión siguió un formato distinto al de los últimos años, habiendo mayor posibilidad de interacción entre los diplomáticos.

Silvia Garduño, Reforma, 9 de enero.

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