Replegarse para sobrevivir

Santiago Creel sufrió ayer una segunda derrota en sus aspiraciones presidenciales, como le ocurrió hace seis años frente a Felipe Calderón.

"Quiero reconocer que los números de esta contienda interna no me favorecen", dijo en la sede nacional del PAN, al filo de las 20:00 horas.

Se puso a disposición de su partido y del ganador de la contienda interna, que no quiso precisar en ese momento, pero que celebró minutos después.

Y así se le vio, institucional, a lado de Josefina Vázquez Mota y de Ernesto Cordero, sonriendo con la invitación de la ganadora a recorrer juntos el País.

Cuando habló con la prensa, y luego de no asistir al hotel donde estaba convocada una reunión desde las 16:00, apareció en la sede panista, pero no quiso hablar en detalle de los números, ni de sus 25 mil 347 votos, el 6.1 por ciento de los sufragios computados hasta esa hora.

Tranquilo y dando la cara, como dijo, no quiso sin embargo hablar de coacción del voto, ni de acarreos, ni de los panistas que no pudieron votar en las mesas instaladas en el Parque Uruguay de Polanco, incluidos su esposa Paulina Velasco o su hijo Santiago Creel Garza Ríos.

Creel le levantó la mano a Josefina, sonrió, aplaudió, se plegó, se disciplinó.

No se refirió a ninguna queja ante la Comisión Nacional de Elecciones (CNE), a pesar de que durante la mañana, habló de documentar las irregularidades para que esa instancia partidista decidiera y dictaminara.

Fue el único precandidato contra el cual no hubo quejas por irregularidades, el que dijo que documentaría irregularidades, pero, al final, nada.

Por la noche, reiteró el "juego limpio" de su parte, pero remitió una y otra vez a la CNE, al preguntársele sobre la "jornada sucia" y las irregularidades registradas en las mesas de votación a los ojos de todos.

No quiso compartir con la prensa que su equipo presentó ayer siete quejas contra Vázquez Mota, según confirmaron fuentes panistas.

A las 20:30 horas, José Espina, presidente de la CNE, dijo que a esa hora no había ninguna queja durante la jornada, quizá por estar en proceso las inconformidades o por seguir con la decisión de cerrar filas.

Replegarse para sobrevivir luego de estar en la delantera de las encuestas cuando no había contienda interna; alzar la mano del ganador y estar a disposición del PAN para el futuro, como hace seis años, cuando perdió frente a Felipe Calderón, pero ganó ser senador.


Guadalupe Irízar, Reforma, 6 de febrero.

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