Prolifera todavía el mercado negro

LA HABANA.- El Gobierno de Raúl Castro autorizó a finales de marzo de 2008 que los cubanos pudieran activar líneas de teléfonos celulares, hasta entonces sólo permitido a extranjeros, empresas e instituciones del Estado.

Desde entonces, la cifra se ha multiplicado por cuatro. Pero, a pesar de que los precios fueron bajando considerablemente, y la activación de una línea móvil por prepago cuesta 30 cuc -la cuarta parte de la tarifa vigente al principio de la apertura-, el mercado negro sigue copando la venta de los teléfonos de última generación.

"Son mucho más baratos, tienen prestaciones y juegos más sofisticados, y además la posibilidad de acercarse a una zona con WiFi sin contraseña y conectarte gratis a internet", explicó un técnico consultado por REFORMA.

Otras fuentes involucradas en este negocio relataron cómo entran en Cuba los últimos modelos desde Miami y países de América Latina, a través de personas que los compran en grandes cantidades, y los van trayendo camuflados, en su equipaje.

"Por una propina generosa pasan la aduana del aeropuerto y luego los reparten entre vendedores que ya tienen fijos en los barrios y hasta en provincias", precisó un comerciante que lleva siete meses ganándose muy bien la vida con su "bisnesito".

"Lo que el Estado vende por 300 cuc, lo vendo yo por 150", añadió.


Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 26 de febrero.

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