La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) informó que México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo debido a la amenaza del narcotráfico y el crimen organizado; además, recordó que en 2011 hubo diez homicidios contra periodistas, de un total de los 97 ocurridos en 109 países.
Reporteros sin Fronteras presentó ayer en Madrid su informe 2011, que en el capítulo de América Central y del Sur destaca que esta zona es una de las más peligrosas para ejercer la profesión.
“La amenaza del narcotráfico que inutiliza, paraliza o, a veces, infiltra, la acción del Estado; pero también por la corrupción creciente del poder político local, que no duda en eliminar a periodistas o medios que estorban o desvelan sus manejos”, indica el documento presentado por la presidenta de RSF España, Malén Aznárez. El colectivo internacional señala que los países de América Latina donde se agudiza el peligro son: México, Honduras, Perú, Brasil, Ecuador y Colombia.
Los números impresionan, pero como recordó Aznárez, “detrás de estas cifras siempre hay dramas humanos”. Para representarlos, el acto contó con la intervención de dos periodistas amenazados: la mexicana Rosa Isela Pérez y el marroquí Aboubakr Jamaï .
Pérez nació en Ciudad Juárez, uno de los sitios más peligrosos para ser periodista. Durante casi una década investigó y denunció los secuestros y asesinatos de mujeres. Hasta que las amenazas y las coacciones consiguieron acallar su voz. O distanciarla.
Isela vive en España, donde se le ha concedido asilo político, pero no se cansa de denunciar lo que ocurre en Juárez. “Me gustaría saber a quiénes protegen, pero lo que está claro es que ha habido desaparición de pruebas, inactividad policial e incluso amenazas de las autoridades a las familias de las víctimas que exigían justicia”.
La historia de Jamaï es similar, a pesar de que la distancia y las circunstancias. Fue el fundador y director del semanario marroquí Le Journal Hebdomadaire, el más crítico con el régimen.
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