La foto que no se tomó hace seis años


Los dos personajes más importantes de la izquierda levantaron sus manos y sellaron su pacto de unidad, ese que no se vio en la campaña presidencial de 2006. Cuauhtémoc Cárdenas aportó las ideas contenidas en su proyecto Un México para todos, y Andrés Manuel López Obrador el liderazgo político.
El precandidato presidencial se deshizo en halagos para el fundador del PRD. Le reconoció autoridad moral y política y hasta interrumpió su discurso para aplaudir junto a los cientos de asistentes que se pusieron de pie ante él. No habrá candidaturas para él ni para su hijo, Lázaro Cárdenas Batel, ex gobernador de Michoacán. El apoyo será sólo programático.
El acto de la presentación del proyecto cardenista fue más importante aún para López Obrador no sólo por las propuestas delineadas por el fundador del PRD, sino porque fue un acto de solidaridad de quien en los últimos seis años estuvo al margen de su actuar político.
“Aunque siempre es indispensable tener bien definido el rumbo, tener claridad en el proyecto que debe aplicarse para enfrentar la decadencia de México, lo más importante de este acto es la actitud solidaria del ingeniero Cárdenas”, dijo el precandidato.
Después le reconoció su autoridad política y moral y hasta puso de ejemplo al general Lázaro Cárdenas del Río al señalarlo como el Presidente de México que más admira por “su sincero y profundo amor al pueblo”.
Tras los elogios, el precandidato presidencial encabezó los sonoros aplausos que pusieron de pie a los cientos de asistentes que atiborraron el salón del hotel del Centro Histórico, escenario del respaldo político que le fue negado en 2006.
Cárdenas, mesurado y sobrio como es su costumbre dio el espaldarazo en una frase. “Su candidatura (de López Obrador) y una propuesta realizable que así considere el ciudadano que aspira al cambio, son y deben ser elementos de cohesión y actores determinantes en la construcción de una mayoría política que se requiere para ganar las elecciones”.
Con ello, el distanciamiento quedó atrás. En la primera fila de invitados especiales, junto a Cárdenas y López Obrador estuvieron Marcelo Ebrard, Miguel Ángel Mancera, Alejandro Encinas, Leonel Godoy, Amalia García, Armando Ríos Piter y los dirigentes de los tres partidos de la izquierda: Jesús Zambrano del PRD, Luis Walton de Movimiento Ciudadano y Alberto Anaya del partido del Trabajo, además de Manuel Camacho Solís.
Los más cardenistas como Marco Rascón se juntaron con los más lopezobradoristas como Gerardo Fernández Noroña. Pero ausentes estuvieron los principales dirigentes de la corriente de Los Chuchos, como Jesús Ortega o Guadalupe Acosta.
En 2005 López Obrador y Cárdenas, aparecieron juntos, por última vez, cuando el ingeniero lo respaldó políticamente en contra del desafuero del que era objeto en ese entonces. En la contienda presidencial del año siguiente estuvo ausente, hasta que la campaña de Alejandro Encinas por la gubernatura del Estado de México los reencontró.
Pero más significativa es ahora la campaña presidencial en la que, a diferencia de hace seis años, la izquierda requiere mayor impulso porque arrancará en tercer lugar de las preferencias electorales.
Liliana Padilla, Milenio, 8 de febrero.

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