Basilia: maya y “culpable fabricada”;sentenciada con engaños y sin Pruebas

Basilia Ucan Nah, indígena maya madre de siete hijos, estuvo tres años y dos meses presa por delitos que no cometió…

“Los judiciales me decían nombres de personas y les respondía siempre que no las conocía, entonces ellos se reían de mí, se burlaban y gritaban: sí las conoces… En el Ministerio Público me obligaron a firmar un papel, les aclaré que no sabía leer ni escribir y tampoco firmar. Me dijeron que pusiera mi huella y que con eso quedaría libre, pero en realidad el papel era un reconocimiento de culpabilidad”, cuenta.

Había sido sentenciada a 12 años y tres meses de cárcel por lenocinio calificado y corrupción de menores, pese a que las dos víctimas del caso y diversos testigos admitieron que fueron amenazados por policías para fincar la acusación.

Una de las adolescentes dijo durante el juicio: “A esa mujer Basilia no la conozco, no tengo nada que decir en su contra”. Y la otra muchacha reveló que los judiciales la intimidaron: si no declaraba lo que ellos indicaran, la encerrarían en  un tribunal para menores.

Tras ser absuelta por un Tribunal Superior —ante la falta de elementos sólidos en su contra y por los montajes policiales descubiertos—, el 24 de mayo de 2011, se develaron pistas sobre la verdadera intención de arrestarla y enjuiciarla: fabricar culpables y simular una investigación para encubrir la participación de funcionarios públicos y policías del municipio de Felipe Carrillo Puerto, en Quintana Roo, en una red de explotación sexual infantil.

—“¿Cuántos casos habrá como el mío?... De inocentes encarcelados sólo para tapar los delitos de otros, de los que tienen dinero o poder, porque las autoridades solo trabajan con dinero: el que lo tiene, sale libre, a mí me pedían 60 mil pesos, pero como mi familia es pobre, no se pudo hacer nada”, cuenta durante el foro: “Indígenas frente al sistema de justicia penal”, organizado por el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y la Universidad Iberoamericana campus Puebla.

La farsa. Basilia, de 44 años, es originaria de la comunidad de Yoactún, en el ya referido municipio quintanarroense de Carrillo Puerto.

Con engaños, fue detenida por judiciales el 18 de marzo de 2008, mientras caminaba frente al palacio municipal. Se enteraría después que el motivo era una denuncia relacionada con explotación sexual infantil en casa de un hombre llamado Ambrosio Granados, la cual era frecuentada por funcionarios municipales y policías.

En el expediente, una adolescente había señalado que, en el mercado, una señora se le acercó para convencerla de tener relaciones sexuales con hombres a cambio de dinero.

Y los judiciales decidieron sin pruebas que esa mujer sería Basilia…

Al rendir declaración, no contó con abogado, sólo con un auxiliar que resultó ser agente de seguridad pública, quien luego reconocería que jamás estuvo presente, pero que firmó las declaraciones porque así se lo pidió el MP.

Tampoco hubo traductor, aunque Basilia sólo habla maya.

Pese a que dentro del plazo establecido un defensor de oficio presentó conclusiones absolutorias, el juez dijo que no llegaron a tiempo y las desechó.

El caso fue retomado por el Centro Pro Juárez, que frente a las múltiples irregularidades optó por apelar la sentencia… Sin embargo, durante el proceso de impugnación, personal de la Subprocuraduría de Justicia de la zona maya y policías judiciales buscaron a una mujer de la misma comunidad de Yoactún para intentar “comprarla” y que declarar en contra de Basilia.

Al final, el Tribunal Superior constató las anomalías y decretó la libertad.

“El sistema de procuración  y administración de justicia, en vez de realizar investigaciones profesionales para perseguir delitos, aprovecha la vulnerabilidad de indígenas para fabricar culpables y cumplir la cuota de trabajo… Esta política discriminatoria fractura familias, genera estereotipos negativos y permite que los verdaderos responsables gocen de impunidad”, concluye el Centro Pro Juárez.

“Tres años, dos meses y una semana”, es una frase que Basilia repite sin cesar en el foro… “Lo más difícil fue estar lejos de mi hija la más pequeña, porque me necesitaba y sufrió mucho, las dos sufrimos injustamente y ¿quién paga por eso?”…


Daniel Blancas Madrigal, La Crónica, 19 de febrero.

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