Programado para ser presentado hoy ante el pleno en primera lectura, el dictamen en torno a la reforma constitucional en materia de derechos humanos fue retirado anoche de la agenda por el presidente de la Comisión de Asuntos Legislativos, el panista Alejandro Zapata Perogordo.
Entrevistado por la noche, argumentó que le entregaron el dictamen a las 2 de la tarde, y dado que se trata de una reforma constitucional de tal importancia, necesita revisar todos los términos técnicos.
Otras versiones de legisladores que participaron en la larga negociación de ayer comentaron que aunque el martes pasado dicho dictamen se aprobó por unanimidad en las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legisla- tivos, Zapata Perogordo planteó ayer varias objeciones, y, finalmente, por la noche informó que había observaciones de la Secretaría de Gobernación que debían atenderse.
La principal es en torno al artículo uno de la Carta Magna, que expresa: “todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales en la materia signados por el gobierno federal”.
En la administración de Felipe Calderón tampoco se ven con buenos ojos las modificaciones al artículo 29, en el que se ratifica la facultad del Congreso para avalar o rechazar las declaratorias de estados de excepción que formule el Ejecutivo.
Tal modificación va en sentido contrario a la propuesta de Calderón incluida en la Ley de Seguridad Nacional, que aún no se dictamina.
El priísta Fernando Castro Trenti comentó que con esa reforma constitucional sobre derechos humanos se impedirá que se vulneren garantías fundamentales de los mexicanos y se pase por encima de civiles, como ha ocurrido durante los operativos militares contra la delincuencia organizada.
Ayer por la mañana, el panista Santiago Creel, autor de parte de dicha reforma, expresó satisfacción por el acuerdo entre las fuerzas políticas y destacó que otro punto relevante es que a la lista de principios en materia de política exterior se añade el de la defensa de los derechos humanos en todas las naciones.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Pedro Joaquín Coldwell, comentó que ese principio no se contrapone al de no intervención en los asuntos de otras naciones, toral en la política exterior, ni lleva dedicatoria para Cuba.
“Ambos pueden ser compatibles y contribuyen a enriquecer la política internacional del país. No necesariamente representa una intromisión en asuntos de otras naciones, pero sí un compromiso de México de promover en foros internacionales la vigencia de los derechos humanos”, dijo.
El priísta resaltó que también compromete a México a aceptar supervisión internacional en la materia, lo que significa un avance en el tema.
Por la mañana, el senador Joaquín Coldwell comentó que se hacían ajustes al dictamen para presentarlo ayer mismo en primera lectura, a fin de que el jueves se aprobara. Sin embargo, las negociaciones se complicaron y cerca de las tres de la tarde la sesión se suspendió por falta de quórum. Los trabajos se iniciaron con 77 legisladores, pero algunos se fueron retirando y ya no fue posible continuar.
Los integrantes de las comisiones dictaminadoras siguieron laborando en el dictamen –a las 5 de la tarde quedó listo–, pero por la noche Zapata Perogordo pidió retirarlo de la agenda de hoy.
Entrevistado por la noche, argumentó que le entregaron el dictamen a las 2 de la tarde, y dado que se trata de una reforma constitucional de tal importancia, necesita revisar todos los términos técnicos.
Otras versiones de legisladores que participaron en la larga negociación de ayer comentaron que aunque el martes pasado dicho dictamen se aprobó por unanimidad en las comisiones de Puntos Constitucionales y de Estudios Legisla- tivos, Zapata Perogordo planteó ayer varias objeciones, y, finalmente, por la noche informó que había observaciones de la Secretaría de Gobernación que debían atenderse.
La principal es en torno al artículo uno de la Carta Magna, que expresa: “todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos por la Constitución y por los tratados internacionales en la materia signados por el gobierno federal”.
En la administración de Felipe Calderón tampoco se ven con buenos ojos las modificaciones al artículo 29, en el que se ratifica la facultad del Congreso para avalar o rechazar las declaratorias de estados de excepción que formule el Ejecutivo.
Tal modificación va en sentido contrario a la propuesta de Calderón incluida en la Ley de Seguridad Nacional, que aún no se dictamina.
El priísta Fernando Castro Trenti comentó que con esa reforma constitucional sobre derechos humanos se impedirá que se vulneren garantías fundamentales de los mexicanos y se pase por encima de civiles, como ha ocurrido durante los operativos militares contra la delincuencia organizada.
Ayer por la mañana, el panista Santiago Creel, autor de parte de dicha reforma, expresó satisfacción por el acuerdo entre las fuerzas políticas y destacó que otro punto relevante es que a la lista de principios en materia de política exterior se añade el de la defensa de los derechos humanos en todas las naciones.
Al respecto, el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, Pedro Joaquín Coldwell, comentó que ese principio no se contrapone al de no intervención en los asuntos de otras naciones, toral en la política exterior, ni lleva dedicatoria para Cuba.
“Ambos pueden ser compatibles y contribuyen a enriquecer la política internacional del país. No necesariamente representa una intromisión en asuntos de otras naciones, pero sí un compromiso de México de promover en foros internacionales la vigencia de los derechos humanos”, dijo.
El priísta resaltó que también compromete a México a aceptar supervisión internacional en la materia, lo que significa un avance en el tema.
Por la mañana, el senador Joaquín Coldwell comentó que se hacían ajustes al dictamen para presentarlo ayer mismo en primera lectura, a fin de que el jueves se aprobara. Sin embargo, las negociaciones se complicaron y cerca de las tres de la tarde la sesión se suspendió por falta de quórum. Los trabajos se iniciaron con 77 legisladores, pero algunos se fueron retirando y ya no fue posible continuar.
Los integrantes de las comisiones dictaminadoras siguieron laborando en el dictamen –a las 5 de la tarde quedó listo–, pero por la noche Zapata Perogordo pidió retirarlo de la agenda de hoy.
Andrea Becerril y Víctor Ballinas, La Jornada, 25 de marzo.
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