Rechaza Senado advertencias de Manuel Aguilera

El Senado rechazó las expresiones del embajador de Cuba en México, Manuel Aguilera de la Paz, para impedir que esta soberanía se manifieste sobre la situación de los derechos humanos en la isla, al remitir varias cartas en las que argumenta que es improcedente que esta cámara someta a discusión un asunto interno de un Estado, pues ello puede “incidir negativamente” en las relaciones de ambos países.

Aunque los puntos de acuerdo que motivaron la carta del embajador se turnaron a comisiones para ser dictaminados “a la brevedad”, a nombre de la cámara, el presidente en turno, el panista Ricardo García Cervantes, sostuvo que “el Senado rechaza, de hecho con el debate y de dicho, que otra autoridad señale lo que es procedente discutir en el seno de esta asamblea”.

Mientras el presidente de la cámara, el perredista Carlos Navarrete, en conferencia previa anticipó que el Senado respeta la opinión de todos los gobiernos que tienen relaciones diplomáticas con México, pero acordará sus posiciones con plena libertad y de acuerdo con el consenso mayoritario de sus integrantes, las cuales él defenderá por ser su obligación.

Hace dos semanas, los panistas Rubén Camarillo y Adriana González presentaron un punto de acuerdo por el que el Senado lamenta profundamente y condena la muerte del disidente cubano Orlando Zapata.

En dicho punto se exhorta al Ejecutivo para que, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, solicite al presidente Raúl Castro la pronta apertura al diálogo con los disidentes políticos y la liberación de todos los presos de conciencia encarcelados en la República de Cuba.

Esta propuesta generó que el 3 de marzo, el embajador Aguilera de la Paz remitiera a varios senadores, entre ellos a Navarrete, a la senadora Rosario Green y al propio Camarillo, una misiva en la que refiere haber conocido de la inscripción del punto de acuerdo, y les responde:

“Al respecto deseo manifestarle respetuosamente que considero improcedente someter a la aprobación del Honorable Senado de la República un proyecto de punto de acuerdo sobre un asunto concerniente a la política interna de otro Estado que, de ser aprobado, puede incidir negativamente en las relaciones entre nuestros dos países, porque exhortaría al gobierno de los Estados Unidos Mexicanos a inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba”.

A decir del embajador, el sustento del punto de acuerdo es inexacto, pues se basa en información tendenciosa, tergiversada y calumniosa que ha difundido la prensa en relación con la muerte de Zapata.

En la carta dirigida a Camarillo, y que éste hizo pública desde la tribuna, el embajador destaca que si él hubiera solicitado información a la embajada de Cuba se la hubiera brindado gustosamente para conocer los argumentos del gobierno de Castro.

Ayer, en conferencia de prensa y antes de iniciar la sesión, el presidente del Senado, el perredista Navarrete, aceptó conocer la misiva y dijo que aun cuando respetan la opinión de todos los gobiernos, expresada a través de sus embajadores, su obligación es velar por el derecho de los senadores de proponer puntos de acuerdo y serán las comisiones las que acuerden los términos.

Al subir el tema a tribuna, el panista Camarillo mostró la carta y afirmó que rechaza contundentemente los términos en que se expresa el embajador, respecto a que considera improcedente someter el punto de acuerdo, y planteó:

“Esta carta me parece que es la prueba más fiel de la intransigencia de la administración cubana para reconocer que es obvio que hay un problema de derechos humanos en la isla, aunque su gobierno hipersensible a este tema pretenda negarlo.”

Agregó, en entrevista, que lo importante no es la intromisión, exceso o intransigencia del embajador, sino la situación de los derechos humanos en la isla.

Pidió la palabra el perredista Graco Ramírez para revelar que él envió una solicitud al embajador para pedirle se le otorgue una visa que le permita entrevistarse con presos políticos y sus familias en Cuba, pues como militante de izquierda considera que la persecución de disidentes políticos no debe utilizarse como elemento para denostar los triunfos de la Revolución cubana.

Intervino la ex canciller priista Rosario Green, quien dijo que se suma a la intención de Ramírez de viajar a la isla. Ponderó que México ha estado al lado de Cuba en sus horas más difíciles, demostrando su solidaridad, pero hoy se observa un agravamiento en la situación de los derechos humanos en el caso de personas que no están de acuerdo con la política del régimen “que evidentemente ha endurecido su actitud”.

Sostuvo que al Senado le preocupa y le concierne sobremanera esta situación y la inmovilidad del gobierno mexicano, que emite comunicados en los que no censura nada, pero mide con un doble rasero, pues invitó a Raúl Castro a la cumbre de Cancún en la que hubo manifestaciones sobre la situación en Honduras, pero no se refirió a Zapata, quien prácticamente estaba muriendo en esos momentos.

A nombre del Senado, el presidente en turno de la plenaria, el panista García Cervantes, concluyó que el Senado rechaza las manifestaciones del embajador porque esta cámara no puede permitir que otra autoridad le señale lo que es procedente discutir al seno de su asamblea.
Angélica Mercado, Milenio, 19 de marzo.

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