En el marco de los arreglos para su visita a Cuba, el PAN presiona al Presidente Felipe Calderón para que defienda los derechos humanos en la isla.
A 28 días de ocurrida, el blanquiazul condenó ayer la muerte del disidente Orlando Zapata y exhortó al Jefe del Ejecutivo, mediante un comunicado, para que solicite a su homólogo cubano, Raúl Castro, apertura al diálogo con la disidencia y la pronta liberación de todos los presos de conciencia.
"En congruencia con la histórica defensa de los valores democráticos, el respeto a la dignidad de la persona humana y sus derechos inherentes e inalienables, el Partido Acción Nacional apoya la propuesta de nuestro Grupo Parlamentario en el Senado, en la que solicita un punto de acuerdo de urgente resolución para lamentar profundamente la muerte del disidente cubano Orlando Zapata y extender las condolencias respectivas a sus familiares y amigos.
"Condenar la muerte de Orlando Zapata y exhortar al Ejecutivo federal para que se solicite al gobierno del presidente Raúl Castro una mayor apertura al diálogo con los disidentes políticos y la pronta liberación de todos los presos de conciencia encarcelados en Cuba", señaló.
La dirigencia blanquiazul señaló también su preocupación por la suerte de Guillermo Fariñas, quien inició una huelga de hambre y de sed tras la muerte de Zapata, y expresó su respaldo a las manifestaciones pacíficas de las Damas de Blanco, que han sido reprimidas en los últimos días por simpatizantes del castrismo.
Pese a que el tema de los derechos humanos en la isla ha sido una de las prioridades del PAN, el dirigente nacional, César Nava, no había expresado hasta ahora una posición al respecto.
Los ex dirigentes Luis Felipe Bravo Mena y Manuel Espino exigieron públicamente al Gobierno de La Habana el respeto a las garantías.
En 2004, en el marco del rompimiento de las relaciones con la administración de Vicente Fox, Bravo Mena arremetió contra el régimen castrista.
"Es hora de luchar por el México libre, democrático, que defiende los derechos humanos. Aquí y afuera debe continuar, por más que les pese a las dictaduras decrépitas que esclavizan a sus pueblos y los bañan de saliva apestosa", dijo el entonces dirigente.
En 2006, Espino se reunió con disidentes cubanos radicados en Miami.
A partir de la llegada de Germán Martínez, la posición anticastrista se matizó conforme a los intentos del Gobierno calderonista de recomponer las relaciones.
El 21 de octubre de 2008, el propio Martínez recibió en la sede nacional blanquiazul al entonces Canciller cubano, Felipe Pérez Roque, quien luego fue defenestrado por Fidel Castro por supuesta traición a la revolución.
Pero durante la campaña de 2009, el panista se refirió a Cuba para acusar al PRI de querer limitar la libertad de expresión.
"El PRI quiere establecer en México un régimen sin libertades, como el de Cuba, China o Irán, donde los gobiernos vigilan y regulan hasta lo que se ve o se escribe en las computadoras de las personas", dijo.
En tanto, José Alberto Islas, dirigente juvenil del PAN, demandó una actitud más propositiva del Gobierno federal en el caso de los disidentes cubanos.
Para el partido, dijo, no es suficiente el exhorto de la administración federal al Gobierno de Cuba para proteger la salud y la dignidad de todos sus prisioneros.
"En Acción Nacional eso no es suficiente", dijo ayer durante una conferencia en la Fundación Friedrich Naumann, en la que también participó Eduardo Matías López Ferrer, presidente de la Asociación Cívica Cubano-Mexicana.
A 28 días de ocurrida, el blanquiazul condenó ayer la muerte del disidente Orlando Zapata y exhortó al Jefe del Ejecutivo, mediante un comunicado, para que solicite a su homólogo cubano, Raúl Castro, apertura al diálogo con la disidencia y la pronta liberación de todos los presos de conciencia.
"En congruencia con la histórica defensa de los valores democráticos, el respeto a la dignidad de la persona humana y sus derechos inherentes e inalienables, el Partido Acción Nacional apoya la propuesta de nuestro Grupo Parlamentario en el Senado, en la que solicita un punto de acuerdo de urgente resolución para lamentar profundamente la muerte del disidente cubano Orlando Zapata y extender las condolencias respectivas a sus familiares y amigos.
"Condenar la muerte de Orlando Zapata y exhortar al Ejecutivo federal para que se solicite al gobierno del presidente Raúl Castro una mayor apertura al diálogo con los disidentes políticos y la pronta liberación de todos los presos de conciencia encarcelados en Cuba", señaló.
La dirigencia blanquiazul señaló también su preocupación por la suerte de Guillermo Fariñas, quien inició una huelga de hambre y de sed tras la muerte de Zapata, y expresó su respaldo a las manifestaciones pacíficas de las Damas de Blanco, que han sido reprimidas en los últimos días por simpatizantes del castrismo.
Pese a que el tema de los derechos humanos en la isla ha sido una de las prioridades del PAN, el dirigente nacional, César Nava, no había expresado hasta ahora una posición al respecto.
Los ex dirigentes Luis Felipe Bravo Mena y Manuel Espino exigieron públicamente al Gobierno de La Habana el respeto a las garantías.
En 2004, en el marco del rompimiento de las relaciones con la administración de Vicente Fox, Bravo Mena arremetió contra el régimen castrista.
"Es hora de luchar por el México libre, democrático, que defiende los derechos humanos. Aquí y afuera debe continuar, por más que les pese a las dictaduras decrépitas que esclavizan a sus pueblos y los bañan de saliva apestosa", dijo el entonces dirigente.
En 2006, Espino se reunió con disidentes cubanos radicados en Miami.
A partir de la llegada de Germán Martínez, la posición anticastrista se matizó conforme a los intentos del Gobierno calderonista de recomponer las relaciones.
El 21 de octubre de 2008, el propio Martínez recibió en la sede nacional blanquiazul al entonces Canciller cubano, Felipe Pérez Roque, quien luego fue defenestrado por Fidel Castro por supuesta traición a la revolución.
Pero durante la campaña de 2009, el panista se refirió a Cuba para acusar al PRI de querer limitar la libertad de expresión.
"El PRI quiere establecer en México un régimen sin libertades, como el de Cuba, China o Irán, donde los gobiernos vigilan y regulan hasta lo que se ve o se escribe en las computadoras de las personas", dijo.
En tanto, José Alberto Islas, dirigente juvenil del PAN, demandó una actitud más propositiva del Gobierno federal en el caso de los disidentes cubanos.
Para el partido, dijo, no es suficiente el exhorto de la administración federal al Gobierno de Cuba para proteger la salud y la dignidad de todos sus prisioneros.
"En Acción Nacional eso no es suficiente", dijo ayer durante una conferencia en la Fundación Friedrich Naumann, en la que también participó Eduardo Matías López Ferrer, presidente de la Asociación Cívica Cubano-Mexicana.
Carole SImonnet y Guadalupe Irízar, Reforma, 23 de marzo.
0 Responses to "Presiona panismo a FCH por Cuba"
Publicar un comentario