Con un comunicado conjunto, los gobiernos de España y Venezuela dieron ayer por zanjado el roce diplomático surgido luego que un juez español acusara a Caracas de haber amparado una presunta alianza entre la guerrilla de las FARC y el grupo armando vasco ETA.
En el comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, ambos gobiernos “ratifican su condena” al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. Asimismo, reiteran su compromiso en los ámbitos judicial y policial, “implementando los instrumentos de cooperación existentes”.
El gobierno de Chávez además refuta y desmiente “las informaciones publicadas sobre una supuesta colaboración con la organización terrorista ETA”, cuyas actividades, agrega, “rechaza sin paliativos”.
Anteriormente, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aclaró que no había pedido “explicaciones” a Caracas por las acusaciones del juez de la Audiencia Nacional española Eloy Velasco, sino sólo “información” respecto a un auto judicial en el que éste señala al gobierno venezolano como cómplice de una presunta relación entre las FARC y ETA.
En virtud de esa presunta alianza, terroristas de ETA habrían sido adiestrados por miembros de la guerrilla colombiana, que a su vez habría recibido de los etarras, y en suelo venezolano, cursos en el manejo de explosivos.
Por otra parte, el presunto miembro de ETA Javier Atristain Gorosabel, uno de los más buscados por las Fuerzas de Seguridad españolas, se entregó ayer en el aeropuerto de la localidad francesa de Biarritz, cercana a la frontera con España, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
Gorosabel, de 39 años, formaba parte de una estructura de terroristas no fichado.
En el comunicado, el Ministerio de Asuntos Exteriores en Madrid, ambos gobiernos “ratifican su condena” al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones. Asimismo, reiteran su compromiso en los ámbitos judicial y policial, “implementando los instrumentos de cooperación existentes”.
El gobierno de Chávez además refuta y desmiente “las informaciones publicadas sobre una supuesta colaboración con la organización terrorista ETA”, cuyas actividades, agrega, “rechaza sin paliativos”.
Anteriormente, el ministro español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, aclaró que no había pedido “explicaciones” a Caracas por las acusaciones del juez de la Audiencia Nacional española Eloy Velasco, sino sólo “información” respecto a un auto judicial en el que éste señala al gobierno venezolano como cómplice de una presunta relación entre las FARC y ETA.
En virtud de esa presunta alianza, terroristas de ETA habrían sido adiestrados por miembros de la guerrilla colombiana, que a su vez habría recibido de los etarras, y en suelo venezolano, cursos en el manejo de explosivos.
Por otra parte, el presunto miembro de ETA Javier Atristain Gorosabel, uno de los más buscados por las Fuerzas de Seguridad españolas, se entregó ayer en el aeropuerto de la localidad francesa de Biarritz, cercana a la frontera con España, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.
Gorosabel, de 39 años, formaba parte de una estructura de terroristas no fichado.
Milenio, 7 de mayo.
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