“Hay que condenar, no basta lamentar”

Desde la sala de cuidados intensivos del hospital provincial de Santa Clara, 270 km al este de La Habana, después de que hace cinco días sufrió el segundo colapso por estar 21 días en huelga de hambre, el disidente Guillermo Fariñas, de 48 años, reiteró su pedido al presidente Raúl Castro: que excarcele, como “gesto humanitario”, a 26 disidentes, de los 53 que permanecen en prisión desde la captura masiva de opositores (75 en total) en marzo de 2003.

En entrevista telefónica con Carlos Puig, Fariñas dijo sufrir “un poco de dolor de cabeza y dolores en las articulaciones”, explicó que los médicos le suministran “suero aminoplasmal, dextrosa y también clorosidio, que es agua con sal”, y reconoció que “independientemente de las ideas que nos separan, estoy recibiendo un excelente tratamiento médico y paramédico de parte del personal que me atiende” porque aunque sean “fidelistas fieles”, dijo, están cumpliendo “con su función de tratar de salvar vidas”.

Preguntado si alguna autoridad del gobierno intentó hacer contacto con él en el hospital, Fariñas lo negó: “Ya ellos dieron su sentencia a muerte a través del artículo de Granma”, “no se va a acercar nadie”, dijo en alusión a la postura oficial divulgada el domingo 14 de marzo, donde el gobierno descalifica por igual a Fariñas como al disidente Orlando Zapata (42 años), quien murió el 23 de febrero después de un ayuno de 85 días en protesta por maltratos en la prisión.

Fariñas dijo que no piensa suspender su huelga de hambre “porque el problema es que Cuba es de todos los cubanos, no de la dinastía de los Castro, ni de Raúl, ni de Fidel Castro” y que “eso se tiene que acabar aunque sea con mi muerte”.

Para Fariñas, psicólogo y ex militar condecorado por su participación en la guerra de Angola, en los años de 1980, su medida de fuerza sólo será suspendida si el gobierno, “como una solución salomónica y de buena voluntad” libera a los 26 presos “diagnosticados como con peligro de muerte”.

“Esa es la petición —añade—, porque lo que nosotros queremos es que la muerte de Orlando Zapata no haya sido en vano”.

Y que “si Raúl Castro no fue un hipócrita, no fue un cínico ni un cruel cuando dijo que lamentaba la muerte de un preso político cubano, para que no tenga que lamentarse en más ocasiones, entonces que libere hoy a los 26 que más graves están de salud”.

Sobre la demora del gobierno mexicano en “lamentar” la muerte de Zapata, casi tres semanas de ocurrida —mientras finalizaba en el balneario mexicano de Cancún la cumbre de presidentes del Grupo de Río, con la asistencia, entre otros, del presidente de Cuba— Fariñas expresó que “el pueblo de Cuba y la oposición pacífica cubana lo que necesitan es que condenen la muerte de Zapata, no que la lamenten”.

Sobre las recientes declaraciones de Pablo Milanés, fundador hace más de cuatro décadas, junto con Silvio Rodríguez, de la Nueva Trova cubana, quien el 13 de marzo dijo al diario español El Mundo que habría que condenar a Fidel Castro “desde el punto de vista humano” si Fariñas muere porque “las ideas se discuten y combaten, no se encarcelan”, éste dijo estar preocupado por la “integridad física” del músico ya que “llamó con nombre y apellido a Fidel Castro y esto en este país totalitario (…) tiene un alto costo político tanto para él como para sus familiares”.

Consideró que “aunque sea tarde, Milanés al menos demostró civismo y supo poner el interés de la patria y los intereses humanos de la gente por encima de cualquier ideología”.

“Yo acuso al gobierno cubano”
El cineasta español Pedro Almodóvar y los cantantes Ana Belén y Víctor Manuel se sumaron a las 5,000 firmas que a través del mafiesto “Yo acuso al gobierno cubano” exigen al gobierno del presidente Raúl Castro que respete los derechos humanos en la isla y libere de forma inmediata a los presos políticos.

El documento, al que se han adherido también, entre otros, el filósofo Fernando Savater y los escritores españoles Antonio Muñoz Molina y Juan Mars‚ así como los latinoamericanos Mario Vargas Llosa, pide la “excarcelación inmediata e incondicion0al de todos los presos políticos en las cárceles cubanas”.

La iniciativa se tomó el viernes 12 de marzo, tras la muerte del disidente Orlando Zapata, el 23 de febrero, luego de 85 días en huelga de hambre. (Madrid/DPA)
Milenio, 17 de marzo.

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