WASHINGTON.— Estados Unidos acusó ayer al gobierno de Venezuela de seguir permitiendo la salida de cargamentos de cocaína desde su territorio y consideró que los esfuerzos de la lucha antinarcóticos que se desarrollan en México y Centroamérica han convertido a ese país en el nuevo trampolín del narcotráfico internacional, que extiende sus operaciones a través del Caribe, Estados Unidos, Europa y África.
“No hemos visto hasta ahora que (el gobierno de Venezuela) se haya empeñado para poner un alto a ese tráfico”, aseguró el secretario de Estado adjunto para asuntos antinarcóticos, David Johnson, al apuntar al gobierno de Venezuela por su falta de cooperación en la lucha contra el narcotráfico.
“Un ambiente de permisividad y corrupción en Venezuela, combinado con un aumento en los esfuerzos de interceptación de droga desde el Caribe, América Central y México, han hecho de Venezuela la ruta preferida para el tráfico de estupefacientes que salen desde América del Sur”, indicó en el informe sirve de base para decidir la continuidad o suspensión de la ayuda económica de EU.
Aunado a ello, el informe sugiere que grupos ilegales armados, entre ellos las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que operan desde la frontera con Venezuela, están vinculadas a organizaciones narcotraficantes que distribuyen su mercancía desde este país.
Estos grupos, según el reporte, contarían con el apoyo de elementos de los cuerpos de seguridad venezolanos y habrían establecido sus medios y recursos “para facilitar las actividades de tráfico, descansar y evadir a las fuerzas de seguridad colombianas”.
El fracaso boliviano
Junto con Venezuela, el Departamento de Estado de EU ha señalado a Bolivia por haber “fracasado ostensiblemente” en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales contra el narcotráfico. Además considera que, la decisión del gobierno de Evo Morales de expulsar a los agentes de la Agencia Antinarcóticos de EU (DEA) ha comprometido seriamente los esfuerzos para identificar y erradicar el cultivo y las redes de narcotráfico que se han extendido en el curso de los últimos años, con una mayor presencia de narcotraficantes de México y Colombia.
A diferencia de Venezuela, donde el informe habla de una corrupción rampante, el caso de Bolivia no ofrece suficientes evidencias de una corrupción oficial vinculada a la actividad del narcotráfico.
El reporte difundido ayer indicó también que Afganistán sigue siendo un gran productor y contrabandista de drogas, y que ese negocio es la fuente principal de los fondos que circulan desde el país por el sistema financiero formal y por el informal.
“No hemos visto hasta ahora que (el gobierno de Venezuela) se haya empeñado para poner un alto a ese tráfico”, aseguró el secretario de Estado adjunto para asuntos antinarcóticos, David Johnson, al apuntar al gobierno de Venezuela por su falta de cooperación en la lucha contra el narcotráfico.
“Un ambiente de permisividad y corrupción en Venezuela, combinado con un aumento en los esfuerzos de interceptación de droga desde el Caribe, América Central y México, han hecho de Venezuela la ruta preferida para el tráfico de estupefacientes que salen desde América del Sur”, indicó en el informe sirve de base para decidir la continuidad o suspensión de la ayuda económica de EU.
Aunado a ello, el informe sugiere que grupos ilegales armados, entre ellos las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) que operan desde la frontera con Venezuela, están vinculadas a organizaciones narcotraficantes que distribuyen su mercancía desde este país.
Estos grupos, según el reporte, contarían con el apoyo de elementos de los cuerpos de seguridad venezolanos y habrían establecido sus medios y recursos “para facilitar las actividades de tráfico, descansar y evadir a las fuerzas de seguridad colombianas”.
El fracaso boliviano
Junto con Venezuela, el Departamento de Estado de EU ha señalado a Bolivia por haber “fracasado ostensiblemente” en el cumplimiento de sus obligaciones internacionales contra el narcotráfico. Además considera que, la decisión del gobierno de Evo Morales de expulsar a los agentes de la Agencia Antinarcóticos de EU (DEA) ha comprometido seriamente los esfuerzos para identificar y erradicar el cultivo y las redes de narcotráfico que se han extendido en el curso de los últimos años, con una mayor presencia de narcotraficantes de México y Colombia.
A diferencia de Venezuela, donde el informe habla de una corrupción rampante, el caso de Bolivia no ofrece suficientes evidencias de una corrupción oficial vinculada a la actividad del narcotráfico.
El reporte difundido ayer indicó también que Afganistán sigue siendo un gran productor y contrabandista de drogas, y que ese negocio es la fuente principal de los fondos que circulan desde el país por el sistema financiero formal y por el informal.
Jaime Hernández corresponsal, EL Universal, 2 de marzo.
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