Está Fariñas entrenado para resistir las batallas

LA HABANA.- Mientras las disidentes conocidas como Damas de Blanco marchaban ayer por cuarto día consecutivo para pedir la libertad de los presos políticos, en la ciudad de Santa Clara, el opositor Guillermo Fariñas, en cuidados intensivos del hospital provincial, seguía siendo alimentado vía parenteral y firme en no comer hasta que el Gobierno cubano libere a 26 presos políticos.

"Cerca del mediodía pasé un sustico, un dolor insoportable en la parte superior del tórax, que, luego de hacerme un electro, resultó un espasmo esofágico", dijo ayer a REFORMA vía telefónica.

Fariñas, en huelga de hambre y sed desde hace 24 días, admite que le duele todo el cuerpo, pero sigue activo y está estable. El disidente agradeció el texto firmado por 10 mil intelectuales latinos que condena la muerte del preso disidente Orlando Zapata y saludó a los mexicanos que abogan por su exilio, el cual rechaza.

"Sólo seré preso político o disidente en las calles de mi país", dijo Fariñas, quien agregó que está insatisfecho con el Presidente Felipe Calderón por no condenar al Gobierno cubano por el "asesinato de Zapata y la situación de los presos de conciencia".

El tesón y la resistencia de este hombre, quien estudió Antropología Social y Psicología Familiar, asombran. Además de su instrucción política, Fariñas recibió, antes de estudiar, el entrenamiento físico y mental de las Tropas Especiales isleñas, seguido de una formación militar de élite en la URSS y 11 meses de combate con el Ejército cubano en Angola.

Pero su corpulencia quedó en las fotos de aquellos tiempos, cuando pesaba 90 kilos y medía 1.87 metros. Hoy, a sus 48 años, tras 11 años de cárcel y más de 20 huelgas de hambre, parece un faquir.

Médicos de cuidado intensivo consultados en La Habana se negaron a aventurar el tiempo de vida que puede quedarle. Tampoco el jefe de turno del hospital de Santa Clara quiso dar pronósticos y se limitó a decir que "sigue estable, dentro de su gravedad".

No obstante, según informaron a su madre los médicos que lo atienden, el disidente pueda seguir viviendo si decide comer. Primero, aumentarían el valor nutricional de los sueros y después comenzaría a ingerir una dieta apropiada. Desde el punto de vista médico, un paciente normal puede vivir alimentado vía parenteral de seis a nueve meses, pero, debido a su deterioro, Fariñas no aguantaría tanto sin sólidos.

"Tiene madera de mártir", le dijeron. Sin embargo, él se considera un patriota.

"Estamos atravesando por una coyuntura histórica única para demostrarle al mundo de qué madera estamos hechos los que luchamos por la libertad y la democracia en Cuba", indicó.

Yolanda Martínez corresponsal, Reforma, 19 de marzo.

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