El Senado rechaza la intromisión del embajador cubano

El Senado de la República rechazó la intromisión de la embajada de Cuba en los temas que debe discutir la Cámara alta, y después de un debate en el cual los senadores, incluso del PRD, abordaron la situación de los presos políticos en la isla, dio entrada al punto de acuerdo donde se condena la muerte del disidente cubano Orlando Zapata Tamayo y se pide la liberación de los presos políticos del régimen castrista.

El perredista Graco Ramírez dio a conocer una carta que le envió al embajador cubano, Manuel Francisco Aguilera de la Paz, donde le pide reivindicar los logros de la Revolución Cubana y evitar que la persecución de los disidentes políticos se convierta en un instrumento que se utilice para denostar los logros de ese país.

Ramírez expresó su preocupación por las implicaciones que para Cuba y para la defensa de los derechos humanos pueda tener el respeto a la vida de de los presos políticos en la isla, y le solicitó de manera formal una visa al diplomático cubano para visitar el lugar y entrevistarse con disidentes al régimen de Raúl Castro.

Pablo Gómez rechazó que el abordar el tema del disidente cubano signifique que el Senado se inmiscuya en los asuntos internos de Cuba.

En una misiva que envió a senadores, el embajador de Cuba en México consideró “improcedente someter a la aprobación del Honorable Senado de la República un proyecto de punto de acuerdo sobre un asunto concerniente a la política interna de otro Estado, que de ser aprobado puede incidir negativamente en las relaciones entre nuestros dos países, porque exhortaría al gobierno de los Estados Unidos Mexicanos a inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba”.

Pero ayer el presidente de la Cámara alta, Carlos Navarrete, recordó que es facultad exclusiva del Senado analizar la política exterior desarrollada por el Ejecutivo federal y ningún acontecimiento que ocurra en cualquier parte del mundo “nos será ajeno”.

El tema Cuba fue retomado ayer en el Senado luego de que el martes se suspendió la sesión por falta de quórum, y el panista Rubén Camarillo fue el encargado de presentar el punto de acuerdo donde se pide al Ejecutivo que solicite al gobierno cubano “la pronta apertura” al diálogo con los disidentes políticos y la liberación de todos los presos de conciencia.

Al detallar la propuesta, Camarillo acusó que “el caso Zapata Tamayo es representativo de la arbitraria detención y agravios físicos que reciben los acusados por disidencia en las prisiones de Cuba”.

En su oportunidad la senadora del PRI y ex canciller, Rosario Green, acusó que “en fechas recientes, hemos visto cómo la situación de los derechos humanos se ha venido agravando en la isla”.

Green criticó la inmovilidad y el doble rasero del gobierno mexicano para conminar a Cuba a evitar la prolongación de las condiciones de reclusión que afectan de manera severa la salud de los opositores detenidos.

El gobierno mexicano, acusó, ha demostrado una falta de congruencia en su política exterior, porque con ese doble rasero, no tiene problema de sentar a la mesa de la reciente cumbre por la Unidad Latinoamericana a Cuba, sin manifestarle su preocupación “sobre estas evidentes violaciones a los derechos humanos” cuando Zapata estaba expirando.

Y en la otra persiste en dejar fuera de la mesa de negociación del proyecto latinoamericano al gobierno de honduras, encabezado por el presidente Porfirio Lobo.

“Es tiempo de que la política exterior (mexicana) pase del discurso a la acción diplomática”, emplazó.
Alejandro Páez, Crónica, 19 de marzo.

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