BUENOS AIRES.— Los oficialistas Partido de la U y el Conservador se disputaban anoche el primer lugar en los comicios parlamentarios colombianos y retenían la mayoría de las bancas en el Senado y en la Cámara, en unas elecciones caracterizadas por la confusión a la hora de sufragar y la calma en prácticamente, todo el país. Sin embargo, se registraron denuncias de compra de votos y de “falta de transparencia en el escrutinio”.
En medio de un lento escrutinio, hasta anoche y con 24.8% de los votos escrutados, el Partido de la U obtenía 24.23% de los votos, seguido del Conservador con 22.52% y el Partido Liberal, cuyos candidatos obtenían 16.66%.
El dato más singular de estos comicios lo dio el novel Partido de Integración Nacional (PIN), una agrupación compuesta por familiares y allegados de los congresistas detenidos en el affaire de la parapolítica y la presunta financiación del narcotráfico, que hasta anoche obtenían 8.66%, relegando a Cambio Radical, con 8.14%, a un quinto lugar, y al Polo al sexto con 5.4%, en lo que marcaría una nuevo retroceso de la centroizquierda.
En cuanto a las elecciones primarias realizadas por los partidos para definir a sus candidatos presidenciales, en el Conservador aventajaba Andrés Felipe Arias a la ex canciller Noemí Sanín por más de tres mil votos, en tanto que entre los Verdes el ex alcalde de Bogotá Antanas Mokus resultaba vencedor con casi 20 mil votos contra 11 mil 675 para el también ex alcalde Enrique Peñaloza.
La lentitud del conteo se debió, según las autoridades electorales, a la abrumadora cantidad de jurados que en la mañana se presentaron en muchas de las 76 mil mesas electorales del país, además del embarullado sistema de boletas, con una profusión de nombres y fotos de candidatos que complicó la votación y el escrutinio.
Anoche, en el gobierno se aguardaba con impaciencia el resultado total de los comicios para comenzar a definir una estrategia, de cara a las presidenciales que marcarán la sucesión del presidente Álvaro Uribe. De hecho toda la atracción de la jornada pasó por la pelea “cabeza a cabeza” entre Arias y Sanín. Una victoria de la ex canciller obligaría al uribismo a ir dividido en las elecciones; en cambio, si fuera Arias el elegido, sería el propio mandatario el que con un “dedazo” dé la orden de apoyar a su ex ministro Juan Manuel Santos, hasta ahora líder en las encuestas.
En medio de las denuncias presentadas sobre posible compra de votos y de dineros del narcotráfico financiando campañas de candidatos, el jefe de la misión electoral de la OEA, el chileno, Enrique Correa, aseguró que la jornada electoral fue normal “sin grandes incidentes. La impresión que tenemos es que lo más delicado de las elecciones no fue la violencia sino la compra de votos”.
“Nuestros delegados en varios puntos del país observaron que personas de la tercera edad y discapacitados fueron inducidos a votar por un candidato en particular. Vimos también que se daba dinero o el ofrecimiento de refrigerios a cambio del voto”, añadió Correa quien aseguró que en Magangue (departamento de Bolívar) “hubo un caso dramático” en que se pagaban los votos en la mesa de votación.
La jornada electoral sólo se vio enturbiada con el estallido de un carro bomba en el departamento de Antioquía, en el que murió una persona, y la desactivación de explosivos en distintas regiones, sin que esto pasara a mayores.
En medio de semejantes muestras de corrupción, anoche los colombianos esperaban el final del escrutinio para comenzar a vislumbrar qué puede pasar en las presidenciales del próximo 30 de mayo.
José Vales corresponsal, El Universal, 15 de marzo.
En medio de un lento escrutinio, hasta anoche y con 24.8% de los votos escrutados, el Partido de la U obtenía 24.23% de los votos, seguido del Conservador con 22.52% y el Partido Liberal, cuyos candidatos obtenían 16.66%.
El dato más singular de estos comicios lo dio el novel Partido de Integración Nacional (PIN), una agrupación compuesta por familiares y allegados de los congresistas detenidos en el affaire de la parapolítica y la presunta financiación del narcotráfico, que hasta anoche obtenían 8.66%, relegando a Cambio Radical, con 8.14%, a un quinto lugar, y al Polo al sexto con 5.4%, en lo que marcaría una nuevo retroceso de la centroizquierda.
En cuanto a las elecciones primarias realizadas por los partidos para definir a sus candidatos presidenciales, en el Conservador aventajaba Andrés Felipe Arias a la ex canciller Noemí Sanín por más de tres mil votos, en tanto que entre los Verdes el ex alcalde de Bogotá Antanas Mokus resultaba vencedor con casi 20 mil votos contra 11 mil 675 para el también ex alcalde Enrique Peñaloza.
La lentitud del conteo se debió, según las autoridades electorales, a la abrumadora cantidad de jurados que en la mañana se presentaron en muchas de las 76 mil mesas electorales del país, además del embarullado sistema de boletas, con una profusión de nombres y fotos de candidatos que complicó la votación y el escrutinio.
Anoche, en el gobierno se aguardaba con impaciencia el resultado total de los comicios para comenzar a definir una estrategia, de cara a las presidenciales que marcarán la sucesión del presidente Álvaro Uribe. De hecho toda la atracción de la jornada pasó por la pelea “cabeza a cabeza” entre Arias y Sanín. Una victoria de la ex canciller obligaría al uribismo a ir dividido en las elecciones; en cambio, si fuera Arias el elegido, sería el propio mandatario el que con un “dedazo” dé la orden de apoyar a su ex ministro Juan Manuel Santos, hasta ahora líder en las encuestas.
En medio de las denuncias presentadas sobre posible compra de votos y de dineros del narcotráfico financiando campañas de candidatos, el jefe de la misión electoral de la OEA, el chileno, Enrique Correa, aseguró que la jornada electoral fue normal “sin grandes incidentes. La impresión que tenemos es que lo más delicado de las elecciones no fue la violencia sino la compra de votos”.
“Nuestros delegados en varios puntos del país observaron que personas de la tercera edad y discapacitados fueron inducidos a votar por un candidato en particular. Vimos también que se daba dinero o el ofrecimiento de refrigerios a cambio del voto”, añadió Correa quien aseguró que en Magangue (departamento de Bolívar) “hubo un caso dramático” en que se pagaban los votos en la mesa de votación.
La jornada electoral sólo se vio enturbiada con el estallido de un carro bomba en el departamento de Antioquía, en el que murió una persona, y la desactivación de explosivos en distintas regiones, sin que esto pasara a mayores.
En medio de semejantes muestras de corrupción, anoche los colombianos esperaban el final del escrutinio para comenzar a vislumbrar qué puede pasar en las presidenciales del próximo 30 de mayo.
José Vales corresponsal, El Universal, 15 de marzo.
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