Senadores y diputados de oposición censuraron los alcances de la reunión binacional México-Estados Unidos celebrada la víspera.
En la Cámara de Diputados, legisladores del PRI señalaron que es una pena que el gobierno mexicano haya admitido que le impusieran la estrategia de combate al crimen organizado desde fuera.
En tanto, los senadores priístas criticaron que no se hayan logrado acuerdos concretos en cuanto a plazos, modos y cumplimiento de compromisos.
En ambos casos el PAN rebatió esas posturas.
Los reclamos de la oposición se centraron en exigir al Ejecutivo federal de que se oponga a cualquier intento de vulnerar la soberanía del Estado mexicano.
El diputado priísta Alfredo Navarrete señaló: “aquí se ha señalado que la estrategia debía replantearse. Queda claro por qué ha sido tan elogioso el gobierno estadunidense con el mexicano, pues éste ha cumplido totalmente con la exigencia de combatir el tráfico de drogas a territorio de Estados Unidos. El elogio nos ha costado pérdida de programas, acciones o presupuestos en favor de las comunidades”.
Antes, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, instó al Congreso y a los poderes del Estado a replantar la estrategia de combate al narcotráfico: “No más falsas guerras de simulación. Combatir en lo sustancial el origen de este fenómeno a través de la educación, el empleo, el incremento de salarios y la formalización de la economía son requisitos básicos para abatir tan grave flagelo”.
Francisco Vega de Lamadrid, del PAN, señaló que “es primordial en esta lucha de dos países provocar la conciliación de posturas y el respeto a la soberanía. En su origen, la Iniciativa Mérida parecía ser un buen instrumento para que Estados Unidos pusiera de su parte, en correspondencia, el cuidado que requiere, sobre todo, la frontera norte de nuestro país”.
El diputado Jesús Zambrano Grijalva, del PRD, calificó de generalidades los resultados de la reunión. “Se requiere de cooperación, que no subordinación. Se requiere de corresponsabilidad, pero de ninguna manera de la entrega de nuestra soberanía. Y hay que partir del fracaso evidente de la estrategia de combate al crimen organizado de las autoridades mexicanas”.
En el Senado, el perredista Silvano Aureoles exigió que la canciller Patricia Espinosa explique “cuáles fueron los acuerdos sustantivos de la segunda reunión del grupo de alto nivel de la Iniciativa Mérida: ¿cuál es la ganancia y cuáles son los resultados para México?”
La senadora Adriana González, del PAN, celebró que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, haya reconocido que “la demanda de drogas en Estados Unidos y la venta de armas facilitan la violencia en nuestro país”.
El senador priísta Eloy Cantú dijo que la “actitud de colaboración mostrada hoy, y en ocasiones anteriores, ya no es suficiente. Tenemos que pasar del discurso a la responsabilidad compartida en acciones concretas”.
En la Cámara de Diputados, legisladores del PRI señalaron que es una pena que el gobierno mexicano haya admitido que le impusieran la estrategia de combate al crimen organizado desde fuera.
En tanto, los senadores priístas criticaron que no se hayan logrado acuerdos concretos en cuanto a plazos, modos y cumplimiento de compromisos.
En ambos casos el PAN rebatió esas posturas.
Los reclamos de la oposición se centraron en exigir al Ejecutivo federal de que se oponga a cualquier intento de vulnerar la soberanía del Estado mexicano.
El diputado priísta Alfredo Navarrete señaló: “aquí se ha señalado que la estrategia debía replantearse. Queda claro por qué ha sido tan elogioso el gobierno estadunidense con el mexicano, pues éste ha cumplido totalmente con la exigencia de combatir el tráfico de drogas a territorio de Estados Unidos. El elogio nos ha costado pérdida de programas, acciones o presupuestos en favor de las comunidades”.
Antes, Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, instó al Congreso y a los poderes del Estado a replantar la estrategia de combate al narcotráfico: “No más falsas guerras de simulación. Combatir en lo sustancial el origen de este fenómeno a través de la educación, el empleo, el incremento de salarios y la formalización de la economía son requisitos básicos para abatir tan grave flagelo”.
Francisco Vega de Lamadrid, del PAN, señaló que “es primordial en esta lucha de dos países provocar la conciliación de posturas y el respeto a la soberanía. En su origen, la Iniciativa Mérida parecía ser un buen instrumento para que Estados Unidos pusiera de su parte, en correspondencia, el cuidado que requiere, sobre todo, la frontera norte de nuestro país”.
El diputado Jesús Zambrano Grijalva, del PRD, calificó de generalidades los resultados de la reunión. “Se requiere de cooperación, que no subordinación. Se requiere de corresponsabilidad, pero de ninguna manera de la entrega de nuestra soberanía. Y hay que partir del fracaso evidente de la estrategia de combate al crimen organizado de las autoridades mexicanas”.
En el Senado, el perredista Silvano Aureoles exigió que la canciller Patricia Espinosa explique “cuáles fueron los acuerdos sustantivos de la segunda reunión del grupo de alto nivel de la Iniciativa Mérida: ¿cuál es la ganancia y cuáles son los resultados para México?”
La senadora Adriana González, del PAN, celebró que la secretaria de Estado, Hillary Clinton, haya reconocido que “la demanda de drogas en Estados Unidos y la venta de armas facilitan la violencia en nuestro país”.
El senador priísta Eloy Cantú dijo que la “actitud de colaboración mostrada hoy, y en ocasiones anteriores, ya no es suficiente. Tenemos que pasar del discurso a la responsabilidad compartida en acciones concretas”.
Roberto Garduño, Enrique Méndez, Andrea Becerril y Víctor Ballinas, La Jornada, 25 de marzo.
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