Las alianzas electorales entre PAN y PRD en comicios locales de este año son un instrumento legítimo para evitar que el PRI regrese a la Presidencia de la República en 2012, expresaron ayer especialistas.
Durante un foro sobre alianzas electorales en México, la politóloga Denise Dresser expuso que el tricolor viene de regreso sin haberse renovado y, por tanto, al País no le conviene retornar al feudalismo, a la corrupción e impunidad que caracteriza el priismo.
"El PRI ha centrado su atención en ganar Gubernaturas para, desde ahí, financiar y pavimentar su regreso a Los Pinos, por lo que la única forma de frenar la maquinaria priista es deteniendo su avance en estados cruciales para la elección presidencial de 2012, incluyendo el Estado de México", dijo.
Paradójicamente, advirtió la investigadora, el PAN y el PRD, ante su incapacidad de combatir al viejo régimen, provocaron el repunte priista, por lo que ahora existe un PRI con más Gubernaturas, con más recursos, más disciplinado y con más hambre de poder.
"El PRI está ahora mejor posicionado para ganar. En los estados, los nuevos virreyes gobiernan a su libre albedrío, son corruptos e impunes. Para descabezarlos, habrá que desterrar al PRI de las Gubernaturas con las alianzas PAN-PRD, comprometidas a implementar cambios profundos", añadió.
Dresser consideró que las reacciones de los priistas reflejan el temor de que el Gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto no llegue a Los Pinos.
"El mexiquense metrosexual construido con cubetadas de dinero, auspiciado por una empresa que le dice: 'te doy la pantalla desde la cual impulsarte y me das a cambio una Presidencia a la medida de mis intereses'. Sólo las alianzas podrían frenar esto", indicó la académica.
En tanto, el ex Rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, consideró que las alianzas son válidas si su objetivo es construir un proyecto de Gobierno para resolver problemas de los ciudadanos y desterrar los cacicazgos.
"Hay riesgos en las alianzas, pero hay más riesgos en no hacerlas. Ha quedado claro que las alianzas, por sí solas, no son ni buenas ni malas.
"No son un fin en sí mismo, son un instrumento y pueden ser un instrumento formidable para fortalecer la democracia", indicó De la Fuente.
Para el ex Rector, esta estrategia cumplirá su cometido si, más allá de una coalición electoral rumbo al 4 de julio, los partidos aliados logran establecer compromisos éticos y proyectos productivos a largo plazo.
"Si funcionan en lo electoral, se abre la posibilidad de que empiecen a funcionar en la gobernabilidad, y eso es lo que quiere la ciudadanía", comentó.
Incongruencias
Pedro Salazar, investigador de la UNAM, dijo que las alianzas PAN-PRD pecan de incongruencia en entidades como Durango y Sinaloa, donde impulsan a políticos del PRI, justo el partido que están combatiendo.
"Tienen legitimidad las alianzas en Puebla y Oaxaca porque el fin que se persigue es sacar del poder a una clase política corrupta que se ha apoderado de los órganos de decisión, pero no lo está en Durango o Sinaloa", consideró Salazar.
Durante un foro sobre alianzas electorales en México, la politóloga Denise Dresser expuso que el tricolor viene de regreso sin haberse renovado y, por tanto, al País no le conviene retornar al feudalismo, a la corrupción e impunidad que caracteriza el priismo.
"El PRI ha centrado su atención en ganar Gubernaturas para, desde ahí, financiar y pavimentar su regreso a Los Pinos, por lo que la única forma de frenar la maquinaria priista es deteniendo su avance en estados cruciales para la elección presidencial de 2012, incluyendo el Estado de México", dijo.
Paradójicamente, advirtió la investigadora, el PAN y el PRD, ante su incapacidad de combatir al viejo régimen, provocaron el repunte priista, por lo que ahora existe un PRI con más Gubernaturas, con más recursos, más disciplinado y con más hambre de poder.
"El PRI está ahora mejor posicionado para ganar. En los estados, los nuevos virreyes gobiernan a su libre albedrío, son corruptos e impunes. Para descabezarlos, habrá que desterrar al PRI de las Gubernaturas con las alianzas PAN-PRD, comprometidas a implementar cambios profundos", añadió.
Dresser consideró que las reacciones de los priistas reflejan el temor de que el Gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto no llegue a Los Pinos.
"El mexiquense metrosexual construido con cubetadas de dinero, auspiciado por una empresa que le dice: 'te doy la pantalla desde la cual impulsarte y me das a cambio una Presidencia a la medida de mis intereses'. Sólo las alianzas podrían frenar esto", indicó la académica.
En tanto, el ex Rector de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, consideró que las alianzas son válidas si su objetivo es construir un proyecto de Gobierno para resolver problemas de los ciudadanos y desterrar los cacicazgos.
"Hay riesgos en las alianzas, pero hay más riesgos en no hacerlas. Ha quedado claro que las alianzas, por sí solas, no son ni buenas ni malas.
"No son un fin en sí mismo, son un instrumento y pueden ser un instrumento formidable para fortalecer la democracia", indicó De la Fuente.
Para el ex Rector, esta estrategia cumplirá su cometido si, más allá de una coalición electoral rumbo al 4 de julio, los partidos aliados logran establecer compromisos éticos y proyectos productivos a largo plazo.
"Si funcionan en lo electoral, se abre la posibilidad de que empiecen a funcionar en la gobernabilidad, y eso es lo que quiere la ciudadanía", comentó.
Incongruencias
Pedro Salazar, investigador de la UNAM, dijo que las alianzas PAN-PRD pecan de incongruencia en entidades como Durango y Sinaloa, donde impulsan a políticos del PRI, justo el partido que están combatiendo.
"Tienen legitimidad las alianzas en Puebla y Oaxaca porque el fin que se persigue es sacar del poder a una clase política corrupta que se ha apoderado de los órganos de decisión, pero no lo está en Durango o Sinaloa", consideró Salazar.
Érika Hernández, Reforma, 16 de marzo.
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