SAN JOSÉ (Agencias).— El presidente de Costa Rica, Óscar Arias, arremetió ayer contra el gobierno cubano y lo instó a liberar sus presos políticos, al tiempo que su par de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, recibió críticas por su “indulgencia” hacia las políticas de la isla”.
Arias dijo ayer que Cuba no reúne las condiciones para ser considerado un Estado de derecho, por lo cual los detenidos en esa nación caribeña no se parecen a los de otros países. Se trata de presos políticos que no existen en sistemas democráticos, agregó en conferencia.
Arias señaló que por formular estas expresiones seguramente será acusado por el gobierno cubano de ser lacayo de lo que ese gobierno describe como el “imperio” estadounidense. “Sin duda, soy un lacayo del imperio: del imperio de la razón, de la compasión y de la libertad”, y “no voy a callarme cuando se vulneran los derechos humanos”.
“Estos presos no son como los demás, ni Cuba cumple las condiciones de un Estado de derecho”, dijo Arias. “Se trata de presos políticos o de conciencia, que no han cometido otro delito más que oponerse a un régimen, que fueron juzgados por un sistema judicial de independencia cuestionable y que deben sufrir penas excesivas sin haber causado un daño a otras persona”.
“Los presos políticos no existen en las democracias. En ningún país verdaderamente libre uno va a prisión por pensar distinto”, agregó Arias, quien durante su primer mandato presidencial (1986-1990) obtuvo el Premio Nobel de la Paz (1987).
Arias dijo que “Cuba puede hacer todos los esfuerzos de oratoria que desee para vender la idea de que es una ‘democracia especial’, pero cada preso político niega en la práctica esa afirmación. Cada preso político es una prueba irrefutable de autoritarismo”.
Arias enfatizó que si Cuba liberara a sus presos políticos entonces tendría más autoridad para reclamar respeto a su régimen y a su forma de hacer las cosas.
El presidente de Costa Rica, un firme crítico del sistema político cubano, aludió a los casos de los huelguistas de hambre Orlando Zapata, fallecido el 23 de febrero luego de más de 80 días de ayuno, y Guillermo Fariñas, quien inició su protesta hace dos semanas.
“Que se termine el embargo”
El canciller brasileño, Celso Amorim, salió en defensa del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, duramente criticado por su supuesta “indulgencia” hacia la situación de los disidentes en Cuba, y defendió el fin del embargo para fomentar la democracia en la isla.
“Si a alguien le interesa una evolución política en Cuba, yo tengo una receta muy rápida: que se termine el embargo. Ello generará grandes cambios”, sostuvo.
Amorim negó que Lula hubiese comparado los disidentes políticos cubanos en huelga de hambre con delincuentes comunes brasileños cuando dijo: “Imagínese si todos los bandidos que están presos en Sao Paulo iniciaran una huelga de hambre pidiendo la libertad”.
Las palabras de Lula desataron una ola de críticas por parte de políticos opositores y juristas brasileños, que calificaron de “cínicas” las declaraciones del presidente de Brasil.
Arias dijo ayer que Cuba no reúne las condiciones para ser considerado un Estado de derecho, por lo cual los detenidos en esa nación caribeña no se parecen a los de otros países. Se trata de presos políticos que no existen en sistemas democráticos, agregó en conferencia.
Arias señaló que por formular estas expresiones seguramente será acusado por el gobierno cubano de ser lacayo de lo que ese gobierno describe como el “imperio” estadounidense. “Sin duda, soy un lacayo del imperio: del imperio de la razón, de la compasión y de la libertad”, y “no voy a callarme cuando se vulneran los derechos humanos”.
“Estos presos no son como los demás, ni Cuba cumple las condiciones de un Estado de derecho”, dijo Arias. “Se trata de presos políticos o de conciencia, que no han cometido otro delito más que oponerse a un régimen, que fueron juzgados por un sistema judicial de independencia cuestionable y que deben sufrir penas excesivas sin haber causado un daño a otras persona”.
“Los presos políticos no existen en las democracias. En ningún país verdaderamente libre uno va a prisión por pensar distinto”, agregó Arias, quien durante su primer mandato presidencial (1986-1990) obtuvo el Premio Nobel de la Paz (1987).
Arias dijo que “Cuba puede hacer todos los esfuerzos de oratoria que desee para vender la idea de que es una ‘democracia especial’, pero cada preso político niega en la práctica esa afirmación. Cada preso político es una prueba irrefutable de autoritarismo”.
Arias enfatizó que si Cuba liberara a sus presos políticos entonces tendría más autoridad para reclamar respeto a su régimen y a su forma de hacer las cosas.
El presidente de Costa Rica, un firme crítico del sistema político cubano, aludió a los casos de los huelguistas de hambre Orlando Zapata, fallecido el 23 de febrero luego de más de 80 días de ayuno, y Guillermo Fariñas, quien inició su protesta hace dos semanas.
“Que se termine el embargo”
El canciller brasileño, Celso Amorim, salió en defensa del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, duramente criticado por su supuesta “indulgencia” hacia la situación de los disidentes en Cuba, y defendió el fin del embargo para fomentar la democracia en la isla.
“Si a alguien le interesa una evolución política en Cuba, yo tengo una receta muy rápida: que se termine el embargo. Ello generará grandes cambios”, sostuvo.
Amorim negó que Lula hubiese comparado los disidentes políticos cubanos en huelga de hambre con delincuentes comunes brasileños cuando dijo: “Imagínese si todos los bandidos que están presos en Sao Paulo iniciaran una huelga de hambre pidiendo la libertad”.
Las palabras de Lula desataron una ola de críticas por parte de políticos opositores y juristas brasileños, que calificaron de “cínicas” las declaraciones del presidente de Brasil.
El Universal, 11 de marzo.
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