Sinaloa, destino final del narcosubmarino

Los reportes de inteligencia sobre blancos navales sospechosos que el Sistema de Información Hemisférica le hizo llegar a la Armada de México, indican que el minisubmarino cargado con droga e interceptado el miércoles frente a las costas de Oaxaca llevaba ocho días navegando hacia costas de Sinaloa.

La nave variaba su curso para ubicarse a distancias que variaban entre las 50 y las 120 millas náuticas con respecto a la franja costera mexicana.

Los tripulantes del mini submarino son Rafael Jiménez, José Félix Cuero, Rodrigo Olaya y Fabio Pineda, quienes dijeron haber sido obligados con amenazas a tripular la nave hasta entregar el cargamento en dos puntos: Huatulco y una playa en Sinaloa.

El semisumergible sería abandonado una vez cumplida la encomienda, indicaron los detenidos.

El mini submarino, de 10 metros de eslora, habría salido del puerto de Buenaventura, ubicado al noroeste de Colombia, con un cargamento de cocaína cuyo peso exacto se desconoce, indicaron fuentes de la Armada de México.

La nave fue remolcada a puerto por el buque Vallarta de la Patrulla Oceánica, que lo llevó desde la zona de intercepción, a 120 millas náuticas de la costa mexicana, hasta el puerto de Salina Cruz, en Oaxaca, en donde será revisado por expertos y se realizará el pesaje de la cocaína que transporta.

Fuentes de inteligencia naval de la Armada de México indicaron que el costo aproximado de las naves es de alrededor de un millón y medio de dólares, emplean motores a diesel con una potencia de hasta 350 caballos de fuerza y son hechos básicamente con fibra de vidrio.

Los minisubmarinos

Las fuentes recordaron que desde finales de la década de los 90 se tenían reportes sobre actividad de operadores de cárteles mexicanos de la droga interesados en comprar submarinos para mover grandes cantidades de narcóticos por vía marítima.

Los reportes sobre esta intención indican que en 1997 los operadores de uno de los cárteles buscaban naves de gran calado, de unos 20 o 25 metros de largo (eslora) para transportar más de 12 o 15 toneladas de cocaína.

Los abastecedores del material eran de origen ruso y el costo de la nave oscilaba los 20 millones de dólares.

No se tienen datos sobre si se hizo o no la adquisición del sumergible, indicaron las fuentes navales consultadas.

No obstante, por el seguimiento que ha hecho la Marina de México a la actividad de los cárteles de la droga mexicanos y colombianos se ha podido constatar —con base en datos del Sistema de Información Hemisférica— que los minisubmarinos detectados como blancos marinos en el pasado, suelen alejarse a más de 200 millas náuticas para internarse en aguas internacionales y entregar su cargamento a buques, que en apariencia salen a pescar y regresan a puerto con droga en sus bodegas.
Jorge Alejandro Medellín, El Universal, 18 de julio.

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