TOYAKO, Japón.- Los líderes de las naciones más industrializadas del mundo que participarán entre hoy y el miércoles en la cumbre del G-8 deben buscar compromisos concretos en materia ambiental y combate a la pobreza, valoraron ayer José Manuel Barroso, Presidente de la Comisión Europea, y el Papa Benedicto XVI.
De acuerdo con Barroso, los miembros del G-8 -Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Rusia y Canadá- deben redoblar sus promesas de reducir las emisiones de gases invernadero durante la reunión de Mandatarios, que tendrá lugar en un lujoso hotel de la isla japones de Hokkaido.
"Trabajaremos para buscar verdaderos compromisos durante este encuentro del G-8, no sólo reforzando los adoptados el año pasado (en Alemania), sino que, si es posible, yendo más allá de ellos, como un compromiso a mediano plazo", explicó el político portugués.
La Unión Europea, que acordó recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos 20 por ciento para 2020, quiere que todos los países del G-8 se comprometan a reducir 50 por ciento las emisiones para el año 2050.
Mientras, desde Italia, el Papa Benedicto XVI instó a los países de la cumbre del G-8 a que tomen medidas para ayudar a los más pobres del mundo, cuya precaria situación, dijo, se ha visto golpeada por el alza de los precios de alimentos y energéticos.
"Se han levantado muchas voces que piden (a los líderes del G-8) cumplir los compromisos realizados en encuentros anteriores y adoptar valerosamente todas las medidas necesarias para vencer a las tres plagas de la pobreza extrema: el hambre, la enfermedad y el alfabetismo, que siguen azotando a una gran parte de la humanidad", dijo el Pontífice.
"Convoco a los participantes de la reunión en Hokkaido-Toyako para que pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y pobres en el centro de sus deliberaciones", enfatizó, durante su mensaje a los peregrinos en la residencia papal veraniega de Castel Gandolfo.
Reunión de los pobres
Mientras a Hokkaido arribaban Mandatarios de países industrializados, en Katibugú, Mali, se inauguró ayer la "Cumbre de los Pobres", organizada por asociaciones globalifóbicas.
En su discurso de apertura Barry Aminata Touré, presidenta de la Coalición de Alternativas a la Deuda y el Desarrollo abogó por la justicia social como paso obligado para garantizar el progreso.
"Los Gobiernos del G-8 son los primeros responsables del calentamiento y de la crisis alimentaria internacional que provocan estragos en el mundo", denunció.
Durante la cumbre, que concluirá el miércoles, se hablará, entre otros temas, de la educación en África, y la cooperación para el desarrollo.
De acuerdo con Barroso, los miembros del G-8 -Estados Unidos, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia, Alemania, Rusia y Canadá- deben redoblar sus promesas de reducir las emisiones de gases invernadero durante la reunión de Mandatarios, que tendrá lugar en un lujoso hotel de la isla japones de Hokkaido.
"Trabajaremos para buscar verdaderos compromisos durante este encuentro del G-8, no sólo reforzando los adoptados el año pasado (en Alemania), sino que, si es posible, yendo más allá de ellos, como un compromiso a mediano plazo", explicó el político portugués.
La Unión Europea, que acordó recortar las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos 20 por ciento para 2020, quiere que todos los países del G-8 se comprometan a reducir 50 por ciento las emisiones para el año 2050.
Mientras, desde Italia, el Papa Benedicto XVI instó a los países de la cumbre del G-8 a que tomen medidas para ayudar a los más pobres del mundo, cuya precaria situación, dijo, se ha visto golpeada por el alza de los precios de alimentos y energéticos.
"Se han levantado muchas voces que piden (a los líderes del G-8) cumplir los compromisos realizados en encuentros anteriores y adoptar valerosamente todas las medidas necesarias para vencer a las tres plagas de la pobreza extrema: el hambre, la enfermedad y el alfabetismo, que siguen azotando a una gran parte de la humanidad", dijo el Pontífice.
"Convoco a los participantes de la reunión en Hokkaido-Toyako para que pongan las necesidades de las poblaciones más débiles y pobres en el centro de sus deliberaciones", enfatizó, durante su mensaje a los peregrinos en la residencia papal veraniega de Castel Gandolfo.
Reunión de los pobres
Mientras a Hokkaido arribaban Mandatarios de países industrializados, en Katibugú, Mali, se inauguró ayer la "Cumbre de los Pobres", organizada por asociaciones globalifóbicas.
En su discurso de apertura Barry Aminata Touré, presidenta de la Coalición de Alternativas a la Deuda y el Desarrollo abogó por la justicia social como paso obligado para garantizar el progreso.
"Los Gobiernos del G-8 son los primeros responsables del calentamiento y de la crisis alimentaria internacional que provocan estragos en el mundo", denunció.
Durante la cumbre, que concluirá el miércoles, se hablará, entre otros temas, de la educación en África, y la cooperación para el desarrollo.
Reforma, 7 de julio.
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