PARÍS (EFE).— El presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ex candidata a la Presidencia de Colombia Íngrid Betancourt se comprometieron ayer a seguir trabajando “cada segundo” para lograr la liberación de todos los rehenes que las FARC mantienen secuestrados en la selva colombiana. Ambos se reunieron en la embajada de España en París.
En una comparecencia ante los periodistas tras esa reunión, Zapatero explicó que se comprometió con Betancourt a “seguir en la tarea de la libertad para aquellos que aún no la tienen”, apoyando al presidente colombiano, Álvaro Uribe, en favor de la libertad y la dignidad de los seres humanos, así como del fin de la violencia y “un nuevo tiempo” para Colombia.
A su vez, Betancourt subrayó que los colombianos deben saber que "no hay un segundo que pase, ni de día ni de noche, que no estemos pensando en cómo vamos a traer pronto a los que quedaron en manos de las FARC”.
Zapatero, quien invitó a Betancourt a visitar España, expresó la satisfacción de su gobierno y de todos los españoles por su liberación y recordó que su Ejecutivo “trabajó, ayudó, alentó e intentó” que fuera liberada.
Habla Clara Rojas
Por otra parte, Clara Rojas, también ex rehén de la guerrilla, dijo al diario chileno La Tercera que Íngrid Betancourt se aisló del resto de los secuestrados durante su cautiverio de seis años.
“A mi manera de ver ella se aisló mucho del grupo. Mantenía muy pocos contactos y eso creaba un estado de ánimo (complicado)”, dijo Rojas, quien fue secuestrada junto con Betancourt en febrero de 2002, cuando realizaba una gira proselitista.
Rojas explicó que el distanciamiento entre ambas se produjo a raíz de la muerte del padre de Betancourt, lo cual “la deprimió mucho, tomó actitudes de no querer oír música, de casi no escuchar noticias”. Añadió que Íngrid “quería llevar su duelo. Yo se lo respeté, pero eso nos llevó a un silencio muy profundo”.
En una comparecencia ante los periodistas tras esa reunión, Zapatero explicó que se comprometió con Betancourt a “seguir en la tarea de la libertad para aquellos que aún no la tienen”, apoyando al presidente colombiano, Álvaro Uribe, en favor de la libertad y la dignidad de los seres humanos, así como del fin de la violencia y “un nuevo tiempo” para Colombia.
A su vez, Betancourt subrayó que los colombianos deben saber que "no hay un segundo que pase, ni de día ni de noche, que no estemos pensando en cómo vamos a traer pronto a los que quedaron en manos de las FARC”.
Zapatero, quien invitó a Betancourt a visitar España, expresó la satisfacción de su gobierno y de todos los españoles por su liberación y recordó que su Ejecutivo “trabajó, ayudó, alentó e intentó” que fuera liberada.
Habla Clara Rojas
Por otra parte, Clara Rojas, también ex rehén de la guerrilla, dijo al diario chileno La Tercera que Íngrid Betancourt se aisló del resto de los secuestrados durante su cautiverio de seis años.
“A mi manera de ver ella se aisló mucho del grupo. Mantenía muy pocos contactos y eso creaba un estado de ánimo (complicado)”, dijo Rojas, quien fue secuestrada junto con Betancourt en febrero de 2002, cuando realizaba una gira proselitista.
Rojas explicó que el distanciamiento entre ambas se produjo a raíz de la muerte del padre de Betancourt, lo cual “la deprimió mucho, tomó actitudes de no querer oír música, de casi no escuchar noticias”. Añadió que Íngrid “quería llevar su duelo. Yo se lo respeté, pero eso nos llevó a un silencio muy profundo”.
El Universal, 14 de julio.
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