La “cifra negra” de mexicanos muertos en su intento por cruzar la frontera hacia Estados Unidos en el primer semestre de 2008, es de 290, mientras que 325 mil compatriotas emigraron a ese país en el mismo lapso, números superiores a los que registró el primer semestre de 2007, reveló el diputado del PRI, Edmundo Ramírez.
Secretario de la Comisión de Población, Frontera y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, Ramírez dijo que tan sólo por esas cifras, que representan el cúmulo de orfandad y desintegración familiar que hay en México por el fenómeno migratorio, 2008 puede catalogarse desde ahora como “un año negro, muy dramático y catastrófico”. Lo anterior significa, explicó el legislador priísta, que un mexicano por minuto abandona la patria, su comunidad, su familia, por la falta de oportunidades en el país; “vamos, cada mexicano que se va a Estados Unidos lo hace por hambre”, subrayó. En entrevista en el Palacio Legislativo, Ramírez Martínez aseguró que en su intento por llegar a Estados Unidos, los connacionales se enfrentan, además, a fenómenos violentos y homicidas como los llamados crímenes de odio, es decir, asesinatos por motivo raciales. Al respecto, detalló que en 2003, de cada 10 crímenes de odio o por condición de origen étnico, tres eran contra mexicanos, pero en 2007, de cada 10 asesinatos de ese tipo, siete fueron contra nuestros connacionales, lo que equivale a que en sólo cuatro años la cifra se incrementó en más de 100 por ciento.
Ramírez Martínez manifestó, ante este panorama, su preocupación porque en la agenda del próximo presidente de Estados Unidos, John McCain o Barack Obama, no existe como prioridad el tema migratorio y sí, en cambio, el único que a ellos les interesa que es el de su seguridad nacional. En ese sentido, el legislador priista calificó de “gran error” del presidente Felipe Calderón el haber recibido en días pasados al candidato del Partido Republicano de Estados Unidos, John McCain, sin tener una agenda establecida o programada con el candidato del Partido Demócrata, Barack Obama.
“Lo que es claro es que el tema migratorio, el de los derechos humanos, no está en la mesa de discusión y por tanto no está la posibilidad de tener con ninguno de ellos un entendimiento. Es una situación compleja, delicada y preocupante”, finalizó.
Secretario de la Comisión de Población, Frontera y Asuntos Migratorios de la Cámara de Diputados, Ramírez dijo que tan sólo por esas cifras, que representan el cúmulo de orfandad y desintegración familiar que hay en México por el fenómeno migratorio, 2008 puede catalogarse desde ahora como “un año negro, muy dramático y catastrófico”. Lo anterior significa, explicó el legislador priísta, que un mexicano por minuto abandona la patria, su comunidad, su familia, por la falta de oportunidades en el país; “vamos, cada mexicano que se va a Estados Unidos lo hace por hambre”, subrayó. En entrevista en el Palacio Legislativo, Ramírez Martínez aseguró que en su intento por llegar a Estados Unidos, los connacionales se enfrentan, además, a fenómenos violentos y homicidas como los llamados crímenes de odio, es decir, asesinatos por motivo raciales. Al respecto, detalló que en 2003, de cada 10 crímenes de odio o por condición de origen étnico, tres eran contra mexicanos, pero en 2007, de cada 10 asesinatos de ese tipo, siete fueron contra nuestros connacionales, lo que equivale a que en sólo cuatro años la cifra se incrementó en más de 100 por ciento.
Ramírez Martínez manifestó, ante este panorama, su preocupación porque en la agenda del próximo presidente de Estados Unidos, John McCain o Barack Obama, no existe como prioridad el tema migratorio y sí, en cambio, el único que a ellos les interesa que es el de su seguridad nacional. En ese sentido, el legislador priista calificó de “gran error” del presidente Felipe Calderón el haber recibido en días pasados al candidato del Partido Republicano de Estados Unidos, John McCain, sin tener una agenda establecida o programada con el candidato del Partido Demócrata, Barack Obama.
“Lo que es claro es que el tema migratorio, el de los derechos humanos, no está en la mesa de discusión y por tanto no está la posibilidad de tener con ninguno de ellos un entendimiento. Es una situación compleja, delicada y preocupante”, finalizó.
Luciano Franco, Crónica, 8 de julio.
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