CANNES, Francia.- Europa conocerá hoy una nueva propuesta francesa para permitir que la Unión Europea (UE) frene los flujos migratorios no elegidos, mientras algunos dirigentes piden prudencia ante la indignación de América Latina.
Francia hizo que el tema migratorio fuera una de las prioridades de su presidencia semestral en la UE, que inició el pasado 1 de julio. Por eso, el Ministro galo de Inmigración, Brice Hortefeux, recorrió Europa para preparar un terreno favorable a la propuesta gala, pero encontró presiones de España.
El llamado Pacto Europeo de Inmigración y Asilo, acordado por Francia, España y Alemania, será debatido hoy por los Ministros de Justicia e Interior de la UE, e incluye las modificaciones al anterior borrador que presentó el Gobierno francés, ante la insistencia de Madrid.
En el documento se han eliminado o suavizado sus aristas más agudas, ya que desapareció la prohibición de las regularizaciones masivas, como las realizadas en los últimos años por los Gobiernos de Italia y España y que Francia quería prohibir.
El Pacto admite "regularizaciones caso por caso", y no sólo por razones humanitarias, como estaba inicialmente previsto, sino también económicas.
No obstante, el proyecto está impregnado del concepto de inmigración "elegida" que defiende el Presidente francés, Nicolas Sarkozy.
También fue eliminado el Contrato de Integración, que fue reemplazado por el "Equilibrio de Derechos y Deberes de los Inmigrantes".
La única obligación de los inmigrantes será el "respeto a las leyes del país de acogida", según la nueva propuesta gala.
El texto endurece la política europea de inmigración, al tiempo que instaura reglas comunes para los 27 países miembros de la UE en materia de asilo.
Se trata fundamentalmente de dar prioridad a la inmigración laboral, regular la inmigración familiar, así como luchar contra los clandestinos reforzando los controles en las fronteras de la UE y facilitando el regreso a sus países de origen a quienes hayan logrado entrar.
Una de las misiones encargadas por Francia a Hortefeux es alejar a los indocumentados.
El Ministro francés de Inmigración podrá apoyarse en una legislación europea, la "directiva del retorno", adoptada a fines de junio, que provocó un escándalo en América Latina, debido a que cientos de indocumentados son latinoamericanos.
Aunque este conjunto de reglas apuesta por las partidas voluntarias, la realidad es muy diferente. De unas 30 mil personas que partieron de Francia entre mayo de 2007 y mayo de 2008, sólo 38 por ciento se fueron por su propia voluntad. Las otras fueron expulsadas.
La indignación desencadenada en América Latina hizo que algunos responsables europeos pidieran prudencia antes de aceptar el proyecto francés.
"Nosotros no queremos dar la impresión de que Europa lanza una nueva campaña contra la inmigración", explicó uno de ellos.
En Europa, algunos críticos del plan francés hablan del "búnker europeo" y afirman que están escandalizados por el concepto mismo de "inmigración elegida".
"Una inmigración elegida por país en función de las necesidades de mano de obra no va a impedir la llegada de clandestinos", declaró por su parte la eurodiputada socialista francesa Martine Roure, especialista en cuestiones de inmigración.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió a la UE contra un endurecimiento de esta política en detrimento de los derechos de los refugiados.
El documento debe ser ratificado por los jefes de Estado y Gobierno de la UE el próximo 15 de octubre en Bruselas.
Nueva propuesta
París impulsa un plan que suavizó las posturas que en junio causaron polémica.
· Desapareció la prohibición de las regularizaciones masivas.
· Admite "regularizaciones caso por caso", no sólo por razones humanitarias, sino también económicas.
· Fue eliminado el Contrato de Integración y reemplazado por el "Equilibrio de Derechos y Deberes de los Inmigrantes".
· La única obligación de los inmigrantes será el "respeto a las leyes del país de acogida", según la nueva propuesta gala.
· El texto da prioridad a la inmigración laboral, a regular la inmigración familiar, así como a luchar contra los indocumentados reforzando los controles en las fronteras de la UE y facilitando el regreso a sus países de origen a quienes hayan logrado entrar.
Francia hizo que el tema migratorio fuera una de las prioridades de su presidencia semestral en la UE, que inició el pasado 1 de julio. Por eso, el Ministro galo de Inmigración, Brice Hortefeux, recorrió Europa para preparar un terreno favorable a la propuesta gala, pero encontró presiones de España.
El llamado Pacto Europeo de Inmigración y Asilo, acordado por Francia, España y Alemania, será debatido hoy por los Ministros de Justicia e Interior de la UE, e incluye las modificaciones al anterior borrador que presentó el Gobierno francés, ante la insistencia de Madrid.
En el documento se han eliminado o suavizado sus aristas más agudas, ya que desapareció la prohibición de las regularizaciones masivas, como las realizadas en los últimos años por los Gobiernos de Italia y España y que Francia quería prohibir.
El Pacto admite "regularizaciones caso por caso", y no sólo por razones humanitarias, como estaba inicialmente previsto, sino también económicas.
No obstante, el proyecto está impregnado del concepto de inmigración "elegida" que defiende el Presidente francés, Nicolas Sarkozy.
También fue eliminado el Contrato de Integración, que fue reemplazado por el "Equilibrio de Derechos y Deberes de los Inmigrantes".
La única obligación de los inmigrantes será el "respeto a las leyes del país de acogida", según la nueva propuesta gala.
El texto endurece la política europea de inmigración, al tiempo que instaura reglas comunes para los 27 países miembros de la UE en materia de asilo.
Se trata fundamentalmente de dar prioridad a la inmigración laboral, regular la inmigración familiar, así como luchar contra los clandestinos reforzando los controles en las fronteras de la UE y facilitando el regreso a sus países de origen a quienes hayan logrado entrar.
Una de las misiones encargadas por Francia a Hortefeux es alejar a los indocumentados.
El Ministro francés de Inmigración podrá apoyarse en una legislación europea, la "directiva del retorno", adoptada a fines de junio, que provocó un escándalo en América Latina, debido a que cientos de indocumentados son latinoamericanos.
Aunque este conjunto de reglas apuesta por las partidas voluntarias, la realidad es muy diferente. De unas 30 mil personas que partieron de Francia entre mayo de 2007 y mayo de 2008, sólo 38 por ciento se fueron por su propia voluntad. Las otras fueron expulsadas.
La indignación desencadenada en América Latina hizo que algunos responsables europeos pidieran prudencia antes de aceptar el proyecto francés.
"Nosotros no queremos dar la impresión de que Europa lanza una nueva campaña contra la inmigración", explicó uno de ellos.
En Europa, algunos críticos del plan francés hablan del "búnker europeo" y afirman que están escandalizados por el concepto mismo de "inmigración elegida".
"Una inmigración elegida por país en función de las necesidades de mano de obra no va a impedir la llegada de clandestinos", declaró por su parte la eurodiputada socialista francesa Martine Roure, especialista en cuestiones de inmigración.
Por su parte, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) advirtió a la UE contra un endurecimiento de esta política en detrimento de los derechos de los refugiados.
El documento debe ser ratificado por los jefes de Estado y Gobierno de la UE el próximo 15 de octubre en Bruselas.
Nueva propuesta
París impulsa un plan que suavizó las posturas que en junio causaron polémica.
· Desapareció la prohibición de las regularizaciones masivas.
· Admite "regularizaciones caso por caso", no sólo por razones humanitarias, sino también económicas.
· Fue eliminado el Contrato de Integración y reemplazado por el "Equilibrio de Derechos y Deberes de los Inmigrantes".
· La única obligación de los inmigrantes será el "respeto a las leyes del país de acogida", según la nueva propuesta gala.
· El texto da prioridad a la inmigración laboral, a regular la inmigración familiar, así como a luchar contra los indocumentados reforzando los controles en las fronteras de la UE y facilitando el regreso a sus países de origen a quienes hayan logrado entrar.
AFP con información de EL País, Reforma, 7 de julio.
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