BOGOTÁ (Agencias).— Una marea blanca invadió ayer las calles de la capital colombiana para clamar por la libertad de las personas secuestradas por los grupos guerrilleros y la delincuencia común en una manifestación que desde ya es considerada la más concurrida en la historia del país.
Millones de personas (ninguna autoridad se atrevió a aventurar una cifra exacta) desfilaron en casi todos los mil 102 municipios del país vistiendo camisetas blancas con leyendas alusivas a la liberación de los rehenes.
Según organizaciones no gubernamentales y las autoridades colombianas, en la actualidad cerca de 3 mil personas están en cautiverio, de las cuales más de 700 están en manos del principal grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Bajo el lema de “¡Libérenlos ya!”, las marchas alcanzaron una magnitud inimaginable en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena de Indias, pero también en ciudades medianas y pequeñas poblaciones que se sumaron a la jornada.
En el resto del mundo 90 ciudades en al menos 12 países se unieron a la celebración del Día de la Independencia colombiana y clamaron por la libertad de todos los secuestrados.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe reiteró su exhorto a las guerrillas para que negocien la paz.
“¿Por qué no se hace la paz definitiva? El gobierno tiene toda la voluntad”, dijo el mandatario, en su tradicional discurso ante el Congreso por el inicio de las sesiones ordinarias de las cámaras, y agregó que “deberíamos entrar en la hora de la paz definitiva”.
El gobierno colombiano comenzó a organizar desde hace algunos meses presentaciones artísticas en casi todos los municipios del país para celebrar el 198 aniversario del Día de la Independencia, por lo que la percepción era que las marchas contra el secuestro y los conciertos correspondían a un mismo propósito por la paz del país.
Los actos centrales estuvieron en Leticia, una ciudad del extremo sur del país, donde la marcha por la libertad se sumó al tradicional desfile militar del 20 de julio y a un concierto encabezado por los colombianos Shakira y Carlos Vives.
Invitados especiales fueron los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien desde el sábado comenzó una visita oficial a Colombia, y su colega de Perú, Alan García. El anfitrión, Uribe, les agradeció su presencia.
En Bogotá se llevaron a cabo siete marchas con una participación conjunta calculada en un millón de personas.
Al iniciar el concierto en Leticia, Shakira recordó a los secuestrados y le pidió expresamente a los miembros de las FARC que se desmovilicen.
Unas palabras similares fueron pronunciadas desde París por la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, quien encabezó un concierto en el que estuvieron el colombiano Juanes y el español Miguel Bosé, además de algunos artistas franceses.
Como denominador común en las marchas tanto fuera como dentro de Colombia los participantes llevaron camisetas blancas con mensajes en contra del terrorismo y la libertad de los secuestrados en negro o los colores de la bandera colombiana (amarillo, azul y rojo).
Otro punto en común es que la mayoría concluyeron con música.
En Estados Unidos hubo manifestaciones en Washington y en Miami.
En Venezuela, la mayor congregación se dio en Caracas, mientras que en Panamá, más de 4 mil colombianos realizaron una marcha. En la ciudad de México más de un millar de personas participaron en una misa y un concierto en solidaridad con los rehenes.
Millones de personas (ninguna autoridad se atrevió a aventurar una cifra exacta) desfilaron en casi todos los mil 102 municipios del país vistiendo camisetas blancas con leyendas alusivas a la liberación de los rehenes.
Según organizaciones no gubernamentales y las autoridades colombianas, en la actualidad cerca de 3 mil personas están en cautiverio, de las cuales más de 700 están en manos del principal grupo guerrillero del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Bajo el lema de “¡Libérenlos ya!”, las marchas alcanzaron una magnitud inimaginable en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena de Indias, pero también en ciudades medianas y pequeñas poblaciones que se sumaron a la jornada.
En el resto del mundo 90 ciudades en al menos 12 países se unieron a la celebración del Día de la Independencia colombiana y clamaron por la libertad de todos los secuestrados.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe reiteró su exhorto a las guerrillas para que negocien la paz.
“¿Por qué no se hace la paz definitiva? El gobierno tiene toda la voluntad”, dijo el mandatario, en su tradicional discurso ante el Congreso por el inicio de las sesiones ordinarias de las cámaras, y agregó que “deberíamos entrar en la hora de la paz definitiva”.
El gobierno colombiano comenzó a organizar desde hace algunos meses presentaciones artísticas en casi todos los municipios del país para celebrar el 198 aniversario del Día de la Independencia, por lo que la percepción era que las marchas contra el secuestro y los conciertos correspondían a un mismo propósito por la paz del país.
Los actos centrales estuvieron en Leticia, una ciudad del extremo sur del país, donde la marcha por la libertad se sumó al tradicional desfile militar del 20 de julio y a un concierto encabezado por los colombianos Shakira y Carlos Vives.
Invitados especiales fueron los presidentes de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, quien desde el sábado comenzó una visita oficial a Colombia, y su colega de Perú, Alan García. El anfitrión, Uribe, les agradeció su presencia.
En Bogotá se llevaron a cabo siete marchas con una participación conjunta calculada en un millón de personas.
Al iniciar el concierto en Leticia, Shakira recordó a los secuestrados y le pidió expresamente a los miembros de las FARC que se desmovilicen.
Unas palabras similares fueron pronunciadas desde París por la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt, quien encabezó un concierto en el que estuvieron el colombiano Juanes y el español Miguel Bosé, además de algunos artistas franceses.
Como denominador común en las marchas tanto fuera como dentro de Colombia los participantes llevaron camisetas blancas con mensajes en contra del terrorismo y la libertad de los secuestrados en negro o los colores de la bandera colombiana (amarillo, azul y rojo).
Otro punto en común es que la mayoría concluyeron con música.
En Estados Unidos hubo manifestaciones en Washington y en Miami.
En Venezuela, la mayor congregación se dio en Caracas, mientras que en Panamá, más de 4 mil colombianos realizaron una marcha. En la ciudad de México más de un millar de personas participaron en una misa y un concierto en solidaridad con los rehenes.
El Universal, 21 de julio.
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