'Le debo mi vida a Francia'

PARÍS.- Ingrid Betancourt aseguró ayer en París que le debe la vida a Francia y al Presidente Nicolas Sarkozy que presionaron al Gobierno colombiano para no emprender un rescate de rehenes a sangre y fuego.

"Sueño desde hace siete años con vivir este momento, es muy conmovedor, respirar el aire de Francia, estar con ustedes. Cuando tomo la mano al Presidente Sarkozy, cuando lo abrazo, cuando lo miro, miro a través suyo a toda Francia, a todos ustedes que han compartido la misma esperanza, le debo mi vida a Francia", dijo Betancourt pocos minutos después de aterrizar en el aeropuerto militar de Villacoublay, cerca de París.

"Gracias a ustedes no se emprendió un rescate militar sino una operación de inteligencia que resultó perfecta. He llorado mucho durante siete años, de dolor y de indignación. Hoy lloro de alegría", agregó visiblemente emocionada.

Y es que Francia recibió a Ingrid como heroína. Desde el Presidente Nicolas Sarkozy y su esposa Carla que la acogieron al bajar del avión en el aeropuerto militar de Villacoublay, hasta los parisinos que la aclamaron en la plaza del Ayuntamiento parisino, pasando por una impresionante cobertura de los medios franceses e internacionales, el regreso de la ex rehén francocolombiana fue un emotivo maratón de honores, declaraciones y símbolos a través de la capital francesa.

Apenas dos días después de su liberación, Betancourt que llegó a Francia a bordo del mismo avión militar francés que había transportado a sus hijos a Bogotá unas horas antes, recibió honores dignos de las más altas personalidades en el aeropuerto destinado a los grandes eventos.

Vestida con un sencillo traje dos piezas azul marino, peinada con una trenza y muy sonriente, la francocolombiana que bajó sola del avión se acercó a saludar y abrazar al Presidente francés y a su esposa Carla Bruni, que la esperaban al pie de la escalinata.

"Esperábamos este momento desde hace tiempo y hoy toda Francia está feliz de recibirla aquí , tan feliz de ver su sonrisa que hasta el sol se puso de nuestro lado", dijo Sarkozy.

Después de tocar suelo francés y de sus primeras declaraciones en el aeropuerto, Betancourt emprendió un recorrido triunfal por París que inició con una recepción en el palacio presidencial del Elíseo, donde fueron convidados políticos como el Alcalde de París, Bertrand Delanöe, los Embajadores de los países latinoamericanos acreditados en Francia, entre ellos el Embajador de México en Francia, Carlos de Icaza, así como los miembros de los comités de apoyo.

Vestidos con una camiseta amarilla que portaba la palabra Libre, estos hombres y mujeres, franceses y colombianos, que en su mayoría no conocían a Ingrid antes de que fuera secuestrada pero se movilizaron durante todos sus años de cautiverio en su nombre, la ovacionaron y lanzaron vivas cuando la ex rehén entró a la Sala de Fiestas del palacio presidencial.

Frente a miles de personas que la aclamaron descolgó su retrato que cubría parte de la fachada del histórico edificio, como un último símbolo de ese regreso triunfal y en vida a París.
Mónica Delgado, corresponsal, Reforma, 5 de julio.

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