BOGOTÁ.- Ingrid Betancourt y su ex compañera de fórmula, Clara Rojas, no dudan que la Virgen de Guadalupe, a la que se encomendaron en cautiverio, les hizo el milagrito de recobrar la libertad.
"Con Clara estuve en México en una oportunidad y visitamos juntas a la Virgen, y nos marcó mucho", reveló Betancourt la noche del miércoles, de la mano de Rojas, a la televisión local.
"Estoy convencida de que esto es un milagro de la Virgen. Para mí, su mano en todo este suceso es algo muy claro", amplió ayer a REFORMA la ex candidata presidencial, un día después de haber sido rescatada de un cautiverio de seis años en manos de las FARC.
"Para mí, la Virgen de Guadalupe, la de Lourdes o la de Fátima es la misma, salvo que la de Guadalupe es la nuestra, la que tenemos en América Latina. Sé que ella veló por nosotros", abundó.
Rojas, quien fue secuestrada junto con Betancourt el 23 de febrero de 2002 y liberada en enero pasado, fue más enfática al afirmar que la Morena del Tepeyac les hizo el milagrito.
"Durante el secuestro, nos encomendamos mucho a ella, le rezamos mucho el rosario y hablamos de que, cuando saliéramos, le íbamos a dar las gracias", dijo Rojas en entrevista.
"Y, sobre todo, recordábamos esa alegría tan fantástica cuando estuvimos allá conociéndola, nos encomendábamos una y otra vez. Y, al despedirnos cuando nos separaron hace cuatro años, le dije: 'Ingrid, encomendémonos a la Virgen'", añadió.
Rojas explicó que la devoción por la Guadalupana les viene de una visita que ambas hicieron a la Basílica a principios de los 90, durante un viaje de trabajo a México.
En una ocasión que ambas llegaron al DF con un día de anticipación a la jornada laboral, se preguntaron qué podían visitar en la Ciudad y pensaron en la Basílica.
"Fuimos y fue tan lindo. Es un recuerdo que en cautiverio siempre nos embargó", evocó Rojas.
"Con Clara estuve en México en una oportunidad y visitamos juntas a la Virgen, y nos marcó mucho", reveló Betancourt la noche del miércoles, de la mano de Rojas, a la televisión local.
"Estoy convencida de que esto es un milagro de la Virgen. Para mí, su mano en todo este suceso es algo muy claro", amplió ayer a REFORMA la ex candidata presidencial, un día después de haber sido rescatada de un cautiverio de seis años en manos de las FARC.
"Para mí, la Virgen de Guadalupe, la de Lourdes o la de Fátima es la misma, salvo que la de Guadalupe es la nuestra, la que tenemos en América Latina. Sé que ella veló por nosotros", abundó.
Rojas, quien fue secuestrada junto con Betancourt el 23 de febrero de 2002 y liberada en enero pasado, fue más enfática al afirmar que la Morena del Tepeyac les hizo el milagrito.
"Durante el secuestro, nos encomendamos mucho a ella, le rezamos mucho el rosario y hablamos de que, cuando saliéramos, le íbamos a dar las gracias", dijo Rojas en entrevista.
"Y, sobre todo, recordábamos esa alegría tan fantástica cuando estuvimos allá conociéndola, nos encomendábamos una y otra vez. Y, al despedirnos cuando nos separaron hace cuatro años, le dije: 'Ingrid, encomendémonos a la Virgen'", añadió.
Rojas explicó que la devoción por la Guadalupana les viene de una visita que ambas hicieron a la Basílica a principios de los 90, durante un viaje de trabajo a México.
En una ocasión que ambas llegaron al DF con un día de anticipación a la jornada laboral, se preguntaron qué podían visitar en la Ciudad y pensaron en la Basílica.
"Fuimos y fue tan lindo. Es un recuerdo que en cautiverio siempre nos embargó", evocó Rojas.
Octavio Pineda, corresponsal, Reforma, 4 de julio.
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