La victoria de Uribe y el fin de las FARC

BUENOS AIRES.— Como si hubiera sacado un conejo de la chistera, Álvaro Uribe Vélez neutralizó nuevamente ayer la crisis institucional que venía construyéndose alrededor, con el éxito más grande en su cruzada contra las FARC. La liberación de 15 rehenes, entre los que se encuentran Ingrid Betancourt y los tres ciudadanos estadounidenses, se da en uno de los momentos políticos más difíciles para el gobierno, cuando la justicia cuestionaba la reelección del mandatario y, de paso, sus ansias de perpetuación.
Un rutilante éxito internacional y un regalo para el candidato republicano, John McCain, quien rompió el molde al introducir a Uribe y su cuestionada política de seguridad en la campaña a la Casa Blanca. Una nueva evidencia de que las FARC, como cuando la muerte de Raúl Reyes y el asesinato a manos de sus hombres de Iván Ríos (respectivamente el número 2 y el número 3 de la guerrilla), que en el culebrón con la suerte del pequeño Emmanuel, el hijo de Clara Rojas, están más que debilitadas. Una nueva muestra de que o se replantean una estrategia para una salida política o de lo contrario el final está cada vez más cerca.

Implícitamente, eso parecía querer decirle a Alfonso Cano el presidente venezolano Hugo Chávez (ayer dueño de un llamativo silencio), cuando hace varias semanas les pidió la liberación sin condiciones de todos los rehenes.

El gobierno colombiano dio una versión de la liberación. Habló de infiltración del secretariado de las FARC. Parte de esa información fue confirmada anoche por la mismísima Ingrid Betancourt, para quien “fue una operación perfecta”. Sólo resta confirmar si no se trató del aborto de una negociación en marcha. De hecho en la víspera, altas fuentes del gobierno colombiano habían informado sobre las tareas de apoyo al ex cónsul francés Noel Saez y el suizo Jean Pierre Gontard, quienes hace unos días se habían entrevistado con el mismo líder de las FARC, Alfonso Cano. Habrá que esperar la versión de los hechos que llegue en el futuro comunicado de la guerrilla para terminar de reconstruir el rompecabezas de una operación no exenta de riesgos. Por ahora, la Operación Jaque le permitió a Uribe ganar la partida a sus adversarios internos.

José Vales, corresponsal, El Universal, 3 de julio.



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