La liberación se adelantó 10 días

El ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó en Madrid que el rescate de Ingrid Betancourt y otros 14 rehenes se adelantó diez días por temor a que los guerrilleros se percataran de la infiltración del ejército y evitar así que el plan se viniera abajo. “Lo aceleramos al máximo porque el riesgo de que se filtrara cualquier cosa era muy grande”, explicó y matizó que “el riesgo para los secuestrados era mínimo porque no se trataba de un operativo militar sino de inteligencia”, detalló el ministro en la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), que preside el ex jefe del Gobierno español José María Aznar.

Además, aseguró que las FARC todavía no han podido “asimilar” el éxito de la llamada “Operación Jaque”, sobre la que se han sembrado algunas dudas en los últimos días. El ministro aseguró tajante que fue “cien por ciento” colombiana, en respuesta a la información de un periodista suizo que afirmó, citando una fuente “fiable”, que las FARC recibieron 20 millones de dólares por la liberación de los rehenes.

“Fue un golpe contundente a las FARC, y encima sin haber disparado un tiro y sin derramar una gota de sangre. Todavía creo que las FARC no lo ha podido asimilar, ya que demuestra que nuestra fuerza pública está muy bien entrenada. Y fue una operación cien por ciento colombiana y la planearon oficiales colombianos”, indicó el ministro de Defensa, que en varias ocasiones la tildó de “impecable” y “genial”. Insistió en que la versión del supuesto pago por las liberaciones de los secuestrados salen de organizaciones y grupos cercanos a la guerrilla para “desprestigiar” la operación. “Cuando se divulgan este tipo de versiones no le damos ninguna importancia porque la operación es contundente y clara por sí misma. No tiene por donde cuestionarse”, zanjó.

Se le preguntó a Santos por lo que pueda pasar a partir de ahora y enumeró varios escenarios, como que las FARC quieran tomar represalias contra los que todavía están secuestrados, lo cual descartó porque, según él, la guerrilla “es torpe pero no tan torpe (sic)” y eso sería su “suicidio político definitivo”; o que intenten dar un golpe terrorista “espectacular”, que sería demasiado costoso y además, según recordó, “quieren quitarse el mote de terrorista”.

Por eso, el titular de Defensa colombiano consideró que es el momento de empezar a prepararse para cuando acabe esta “pesadilla” de las FARC. “Por fortuna la estamos acabando y hay que seguir hasta lograr que finalmente acabe del todo. Mientras tanto no podemos darnos el lujo de improvisar, es cierto que vemos esa luz al final del túnel, pero hay que perseverar”, indicó. En todo momento, el ministro quiso evitar el tono triunfalista al reconocer que las FARC no han sido derrotadas totalmente. “Están debilitadas, pero no están derrotadas, no podemos cantar victoria todavía. Tenemos que seguir insistiendo, presionándolas militarmente para o acabarlas militarmente u obligarlas a que entren en razón y negocien la paz sobre bases transparentes, sólidas y de buena fe”, precisó.

En cuanto a la relación entre la banda separatista vasca ETA y las FARC, el ministro afirmó que en las computadoras de Raúl Reyes no se han encontrado más evidencias que las que ya se conocen públicamente -que las FARC querían atentar en Madrid contra personalidades colombianas para lo cual querían contar con el apoyo de ETA- pero que no tiene duda de que existe “una especie de complicidad” entre ambas organizaciones.
José Antonio López en Madrid, Milenio, 6 de julio.

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