El sector empresarial alerta que la propuesta en materia energética del PRI podría ser regresiva al cerrar la llave a la participación privada, así que “sería deseable” que los legisladores diseñen y aprueben una reforma petrolera derivada de todas las propuestas en la mesa de discusión, incluyendo la del Ejecutivo.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destaca que se requiere una reforma que sea la palanca de una nueva industria energética que contribuya a consolidar la competitividad del país, que sin duda redundaría en un mayor ritmo de crecimiento y beneficio para la población.
“No cabe duda que éste es el momento oportuno para impulsar la productividad de Petróleos Mexicanos si se quiere que el país asegure su abasto de combustibles en el mediano y largo plazos. Los ejemplos internacionales dejan constancia de las reformas posibles para lograrlo”, precisa.
Persiste polaridad
En su análisis semanal, el organismo que preside Héctor Rangel menciona que luego de concluir las reuniones del debate acerca de la reforma petrolera que envió el Ejecutivo al Congreso, parece no haber cambios importantes en el entorno, toda vez que siguen las opiniones encontradas acerca de la factibilidad que esta reforma tendría para mejorar la situación de Pemex y hacerla más eficiente y productiva.
La propuesta del PRI, que si bien retoma parte de la propuesta presidencial y algunas de las posiciones que se presentaron a lo largo de los foros de debate, integra acciones que podrían matizar los efectos de una reforma realmente funcional, argumentan los analistas del sector privado.
En una primera lectura de dicha propuesta, manifiesta, “resaltan algunos aspectos que podrían no ser tan favorables, como el hecho de que no se identifica claramente una certidumbre jurídica para los contrataros que se proponen, o lo restrictivo que resulta el tema de refinación, transportación y almacenamiento, de tal forma que el esquema actual de transportación privada y de distribución de gas natural no sería posible, resultando en un retroceso”.
El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destaca que se requiere una reforma que sea la palanca de una nueva industria energética que contribuya a consolidar la competitividad del país, que sin duda redundaría en un mayor ritmo de crecimiento y beneficio para la población.
“No cabe duda que éste es el momento oportuno para impulsar la productividad de Petróleos Mexicanos si se quiere que el país asegure su abasto de combustibles en el mediano y largo plazos. Los ejemplos internacionales dejan constancia de las reformas posibles para lograrlo”, precisa.
Persiste polaridad
En su análisis semanal, el organismo que preside Héctor Rangel menciona que luego de concluir las reuniones del debate acerca de la reforma petrolera que envió el Ejecutivo al Congreso, parece no haber cambios importantes en el entorno, toda vez que siguen las opiniones encontradas acerca de la factibilidad que esta reforma tendría para mejorar la situación de Pemex y hacerla más eficiente y productiva.
La propuesta del PRI, que si bien retoma parte de la propuesta presidencial y algunas de las posiciones que se presentaron a lo largo de los foros de debate, integra acciones que podrían matizar los efectos de una reforma realmente funcional, argumentan los analistas del sector privado.
En una primera lectura de dicha propuesta, manifiesta, “resaltan algunos aspectos que podrían no ser tan favorables, como el hecho de que no se identifica claramente una certidumbre jurídica para los contrataros que se proponen, o lo restrictivo que resulta el tema de refinación, transportación y almacenamiento, de tal forma que el esquema actual de transportación privada y de distribución de gas natural no sería posible, resultando en un retroceso”.
Lilia González Velázquez, El Economista, 28 de julio.
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