RUSUTSU, Japón.— Al prometer “avanzar hacia una sociedad de bajo uso de carbón”, los líderes de las naciones más ricas del mundo se comprometieron a trabajar con las potencias emergentes para recortar las emisiones de gases de efecto invernadero a la mitad para el 2050.
Sin embargo, no especificaron si el punto de inicio serían los actuales niveles o los de 1990 y se negaron a establecer un objetivo a corto plazo para reducir los gases que, según los científicos, están calentando el planeta.
La declaración del llamado Grupo de los 8, formado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia, fue objeto de duras críticas por parte de los ambientalistas, quienes calificaron la reunión como una oportunidad perdida y dijeron que se ignoró la urgente necesidad de recortar las emisiones de gases contaminantes de manera más rápida.
No obstante, los líderes europeos, quienes por mucho tiempo han presionado al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para que adopte una postura más agresiva en cuanto al cambio climático, dijeron que estaban complacidos con el acuerdo. Indicaron que se trata de un paso importante para sentar las bases de un tratado internacional vinculante, que sería negociado en Copenague, en 2009, bajo el auspicio de la ONU.
Por otro lado, en cuanto a seguridad alimentaria, el G-8 dijo estar “profundamente preocupado de que el rápido aumento en los precios de los alimentos” pueda impulsar a “millones más en la probreza”.
En cuanto a economía global, los líderes indicaron que en que siguen positivos, pero concedieron que los mercados financieros enfrentan “serias tensiones”
Sin embargo, no especificaron si el punto de inicio serían los actuales niveles o los de 1990 y se negaron a establecer un objetivo a corto plazo para reducir los gases que, según los científicos, están calentando el planeta.
La declaración del llamado Grupo de los 8, formado por Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Canadá y Rusia, fue objeto de duras críticas por parte de los ambientalistas, quienes calificaron la reunión como una oportunidad perdida y dijeron que se ignoró la urgente necesidad de recortar las emisiones de gases contaminantes de manera más rápida.
No obstante, los líderes europeos, quienes por mucho tiempo han presionado al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, para que adopte una postura más agresiva en cuanto al cambio climático, dijeron que estaban complacidos con el acuerdo. Indicaron que se trata de un paso importante para sentar las bases de un tratado internacional vinculante, que sería negociado en Copenague, en 2009, bajo el auspicio de la ONU.
Por otro lado, en cuanto a seguridad alimentaria, el G-8 dijo estar “profundamente preocupado de que el rápido aumento en los precios de los alimentos” pueda impulsar a “millones más en la probreza”.
En cuanto a economía global, los líderes indicaron que en que siguen positivos, pero concedieron que los mercados financieros enfrentan “serias tensiones”
Sheryl Gay Stolberg, El Univerasl, 9 de julio.
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