Estudiantes de la ENAH externan su rechazo a la privatización del petróleo

Académicos y estudiantes rechazaron ayer en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) la reforma energética propuesta por el Ejecutivo federal y llamaron a todos los sectores de la sociedad a participar “con ideas”, cada quien desde su trinchera, en el debate petrolero, porque está en juego “el beneficio de todos los mexicanos”.

Con el lema Debate sí, consulta sí, en defensa del petróleo y la soberanía, los ponentes subrayaron la importancia de participar este 27 de julio en la consulta ciudadana sobre el futuro de Pemex, porque ese ejercicio representa un paso en la consolidación de la democracia, y porque el Estado tiene que empezar a tomar en cuenta la decisión de la población en temas fundamentales como es el manejo de los recursos energéticos, expresó Marco Macías, representante de Universitarios por la Consulta Ciudadana, del Instituto Politécnico Nacional.

Fabio Barbosa Cano, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aseguró que la aprobación o no de la reforma energética marcará el rumbo de la economía y de la política nacional en las próximas décadas, por lo cual llamó a la ciudadanía a movilizarse en la defensa del petróleo.

Dijo que aunque los jóvenes, hasta ahora, habían sido los grandes ausentes del debate petrolero, ya han empezado a reaccionar y a participar “con ideas originales e interesantes”.

Por su parte, Alfonso Hickman, ingeniero jubilado de Pemex y miembro del Grupo Constitución del 17, manifestó que la reforma del Ejecutivo federal no es energética, sino sólo se refiere a Pemex, ante lo cual consideró que carece de puntos fundamentales.

Planteó que una reforma energética debe contener aspectos como el derecho universal al uso de la energía, el uso eficiente y ahorro de la misma, recursos no renovables y renovables, desarrollo armónico de fuentes primarias y secundarias, integración y desarrollo de los ramos petrolero y eléctrico, interrelación con los sectores privados y sociales en temas de transporte e industria, y seguridad y medio ambiente.

Expresó su desacuerdo con la ampliación de atribuciones de la Secretaría de Energía que impulsa la reforma, porque implica que la dependencia se encargue del programa energético nacional, “y eso no se ha puesto sobre la mesa”.

Además, agregó, también se pretende que sea la encargada de promover la participación de las compañías extranjeras en las actividades del sector.

En tanto, Rolando Menchaca García, del Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, subrayó que la propuesta energética del gobierno federal es “depredadora”, porque busca disminuir el personal de Pemex y entregar la industria a la iniciativa privada.

Mariana Norandi, La Jornada, 17 de julio.