El narcosubmarino llevaba una carga de 5.8 toneladas de coca

Apiladas, una encima de otra, perfectamente acomodadas y empaquetadas en bolsas de nylon,llegaron a costas de Oaxaca las 5.8 toneladas de cocaína que fueron halladas dentro del sofisticado minisubmarino, asegurado el miércoles pasado en alta mar.

La droga fue desembarcada en un astillero que tiene la Marina Armada de México en Oaxaca.

Fue una maniobra que duró horas, muy bien elaborada y custodiada, de principio a fin, por los infantes de las Fuerzas Especiales de la Marina.

Es un duro golpe al crimen organizado, admitió el comandante de la 12 zona naval militar, José María Ortegón Cisneros.

El sumergible de origen colombiano fue remolcado por un buque insignia a través de un cable metálico y patrullado por una unidad interceptora hasta la zona del muelle.

El minisumergible, de 12 metros de largo, al parecer elaborado con fibra de vidrio y madera, llevaba siete días de navegación antes de ser ubicado por los radares de la Marina. Su destino eran las costas de Guerrero, sin embargo al parecer en Oaxaca los colombianos habría tenido contactos.

“Se encontró que tenían combustible, creemos que los tripulantes se sofocaron, no aguantaron más y optaron por urgir ayuda a sus socios”, confió el jefe naval.

Para los marinos, el narcosubmarino es una obra de perfecta ingeniería, pues además de tener una caja reductora, tenían un sistema de dirección GPS, que lograba que avanzaran a una velocidad de 7 nudos por debajo de los 5 metros de profundidad, abajo del espejo del agua, muy alejado de los sistema de detección del radar.

José María Ortegón refiere que una fuente confidencial avisó a la Marina, sobre las coordenadas del subacuático, el cual fue interceptado a 2 mil 200 kilómetros de las costas de Huatulco, casi cerca de la barra de Tonalá, Chiapas.

Los tripulantes

Perplejos, casi sorprendidos, los tripulantes del narcosubmarino admitieron dedicarse a la pesca.

Rodrigo Olaya Cuero, Fabio Pineda Payán, Rafael Jiménez Biojo y José Félix Cuero Enríquez, de 59, 58, 27 y 48 años de edad, respectivamente, son de Bogotá, uno, y los otros tres del llamado puerto colombiano de Buenaventura.

Según el dictamen médico, estaban a punto de la insolación al momento de ser detenidos.

Fuentes castrenses revelan que la nave pudo haber sufrido una descompesación de aire.

“Viajaban en un horno submarino, tuvieron que arribar a la superficie, que es cuando fueron detectados”.

Los paquetes

Sobre la plataforma central del artillero de la Marina quedaron apilados en cuatro filas los 234 paquetes del cargamento asegurado. Eran tabiques de entre 10 y 20 kilos del alcaloide, de una fineza incomparable, podrían recibir hasta seis cortes antes de salir al mercado para su comercialización, según los comentarios de los efectivos de la Armada.

Poco más 240 millones de dólares dejó de percibir el narco en este golpe asestado por la Marina Armada de México, que con celo resguardó y dejó en disposición de la Subprocuraduría Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), de la Procuraduría General de la República.

Los paquetes fueron extraídos de un compartimiento ubicado cerca de la proa, el cual tuvo abrirse con herramienta especial, lo que hace suponer a los jefes de la naval que la descarga tenía que haberse realizad0 en tierra.
Oscar Rodríguez en Oaxaca, Milenio, 19 de julio.

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