El día del grito de independencia de Colombia fue un clamor contra las FARC

El día del grito de la independencia de Colombia se transformó ayer en un clamor unánime de colombianos para exigir la liberación de los rehenes en manos de las FARC y la desaparición de esa guerrilla y sus prácticas terroristas. La iniciativa de unir la celebración del grito de independencia con la gran marcha por la libertad, surgió de algunos de los ex rehenes de las FARC que fueron rescatados el 2 de julio en la Operación Jaque, entre los que se encontraba la ex candidata presidencial colombo-francesa Íngrid Betancourt. Fue en la ciudad de Leticia, en la triple frontera entre Colombia, Brasil y Perú, y en la que se encontraban los presidentes de los tres países, Álvaro Uribe, Luiz Inacio Lula da Silva y Alan García, donde el clamor alcanzó la mayor intensidad. Un gran concierto liderado por la colombiana Shakira y Carlos Vives sirvió para unir a todos los presentes en un grito unánime de “libertad”.
Shakira entonó, junto a las decenas de miles de asistentes, el himno nacional de Colombia en uno de los momentos más emotivos que se vivieron en la localidad selvática. “Vea la mano tendida del presidente”. Al otro lado del Atlántico, en París, Juanes y Miguel Bosé ofrecieron un concierto ante 10 mil personas, en el que estuvo presente Betancourt. Flanqueada por Juanes y Bosé, a quien se le otorgó recientemente la nacionalidad colombiana por su compromiso con el país, Betancourt lanzó un mensaje directo al comandante de las FARC, Alfonso Cano: “Vea a esta Colombia, vea la mano tendida del presidente Uribe. Entienda que ya no es hora de derramar más sangre. “Entienda que ya no es hora de derramar más sangre. Es hora de dejar esos fusiles y cambiarlos por rosas, de desecharlos por tolerancia, por respeto, como hermanos que somos, buscar la manera de caber todos en el mundo, de caber en Colombia”, añadió en su mensaje al “número uno” de la guerrilla.
Aseguró que “el amor es lo único que nos mueve”, dio gracias a Dios y a la Virgen, e invitó a los asistentes a “soñar que con el amor podemos cambiar el mundo”. En Bogotá se movilizó un millón de personas, según cifras de la policía metropolitana, en la que se considera una marcha histórica, como la del medio millón de personas que se manifestaron en Medellín. Cali, Barranquilla, Cartagena, Bucaramanga y otras muchas ciudades y pueblos del territorio nacional, y otras ciudades del mundo como Nueva York, Washington, Madrid, Milán, Caracas o México, mostraron también con otras tantas marchas y conciertos una repulsa generalizada al fenómeno del secuestro que sufre Colombia.

Agencias en Bogotá y París, Crónica, 21 de julio.