La fracción parlamentaria del PRD en la Cámara de Diputados advirtió que el PAN y Felipe Calderón deberán retirar su propuesta “privatizadora” en materia petrolera, para que el sol azteca pueda sentarse a negociar.
Al término de una reunión plenaria en el Palacio Legislativo de San Lázaro, los legisladores Alejandro Sánchez Camacho y Octavio Martínez Vargas condicionaron un eventual acuerdo para sacar adelante la reforma energética.
Es decir, explicaron en entrevistas por separado, el Presidente y Acción Nacional deberán retirar la iniciativa enviada en abril pasado y esperar los resultados de la consulta ciudadana del próximo día 27, para poder abrir espacios de negociación y acuerdos en la materia.
Los diputados, pertenecientes a corrientes antagonistas, Sánchez Camacho a Izquierda Unida —fiel a Andrés Manuel López Obrador—y Martínez Vargas a Nueva Izquierda, aseguraron que la propuesta de Calderón es privatizadora y afirmaron que no negociarán mientras ésta se mantenga.
En donde mostraron discrepancias fue en los encuentros que el presidente provisional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, sostendrá con los dirigentes del PAN, Germán Martínez, y del PRI, Beatriz Paredes.
El pejista afirmó que Izquierda Unida no avala esas reuniones, porque, consideró, no es el momento oportuno para sentarse a dialogar. Pero el coordinador de Los Chuchos en San Lázaro no compartió esa opinión, porque, dijo, es responsabilidad del dirigente del partido dialogar con todos los actores políticos.
Martínez Vargas aclaró que para llegar a un acuerdo en torno a la reforma energética primero habrá que esperar los resultados de la consulta ciudadana y eliminar la parte privatizadora de la iniciativa de Felipe Calderón.
“Si el PAN está en condiciones de transformar su iniciativa, pues por supuesto que podemos construir acuerdos con ellos”, puntualizó.
—¿Sólo así?
—Sólo así.
Sánchez Camacho descalificó los encuentros entre los dirigentes nacionales. “No es el momento oportuno para sentarse. Lo primero es esperar el resultado de la consulta y luego, si quieren construir un acuerdo real y sincero, es indispensable que la derecha, el PAN y Calderón retiren la iniciativa privatizadora”, apuntó.
Descartó que se pueda acusar a Acosta Naranjo de traición por reunirse con sus homólogos panista y priista, simplemente, comentó, perdió el pulso del momento actual y está expuesto a que “los chamaqueen el PRI y el PAN”.
En estos casos, agregó, siempre el PRI y el PAN “chamaquean” a Acosta Naranjo y a Nueva Izquierda, porque esos partidos tienen los mismos intereses y el PRI, al final, terminará apoyando la reforma energética de Calderón.
- Claves
• El diputado panista Cristian Castaño Contreras mencionó tres puntos que no podrán ser soslayados, porque no tendría mucho sentido impulsar una iniciativa que no contemple alianzas para la refinación.
• Además, pidió a los opositores no confundir los contratos por incentivos con los contratos de riesgo. Los primeros, que contiene la propuesta del presidente Calderón, precisó, garantizan la productividad de las empresas estatales y particulares, sin ningún riesgo de perder el control de la renta petrolera.
• El tercer punto es que el tiene que ver con los ductos y la transportación de energéticos, en donde se plantea que empresas privadas puedan invertir.
Al término de una reunión plenaria en el Palacio Legislativo de San Lázaro, los legisladores Alejandro Sánchez Camacho y Octavio Martínez Vargas condicionaron un eventual acuerdo para sacar adelante la reforma energética.
Es decir, explicaron en entrevistas por separado, el Presidente y Acción Nacional deberán retirar la iniciativa enviada en abril pasado y esperar los resultados de la consulta ciudadana del próximo día 27, para poder abrir espacios de negociación y acuerdos en la materia.
Los diputados, pertenecientes a corrientes antagonistas, Sánchez Camacho a Izquierda Unida —fiel a Andrés Manuel López Obrador—y Martínez Vargas a Nueva Izquierda, aseguraron que la propuesta de Calderón es privatizadora y afirmaron que no negociarán mientras ésta se mantenga.
En donde mostraron discrepancias fue en los encuentros que el presidente provisional del PRD, Guadalupe Acosta Naranjo, sostendrá con los dirigentes del PAN, Germán Martínez, y del PRI, Beatriz Paredes.
El pejista afirmó que Izquierda Unida no avala esas reuniones, porque, consideró, no es el momento oportuno para sentarse a dialogar. Pero el coordinador de Los Chuchos en San Lázaro no compartió esa opinión, porque, dijo, es responsabilidad del dirigente del partido dialogar con todos los actores políticos.
Martínez Vargas aclaró que para llegar a un acuerdo en torno a la reforma energética primero habrá que esperar los resultados de la consulta ciudadana y eliminar la parte privatizadora de la iniciativa de Felipe Calderón.
“Si el PAN está en condiciones de transformar su iniciativa, pues por supuesto que podemos construir acuerdos con ellos”, puntualizó.
—¿Sólo así?
—Sólo así.
Sánchez Camacho descalificó los encuentros entre los dirigentes nacionales. “No es el momento oportuno para sentarse. Lo primero es esperar el resultado de la consulta y luego, si quieren construir un acuerdo real y sincero, es indispensable que la derecha, el PAN y Calderón retiren la iniciativa privatizadora”, apuntó.
Descartó que se pueda acusar a Acosta Naranjo de traición por reunirse con sus homólogos panista y priista, simplemente, comentó, perdió el pulso del momento actual y está expuesto a que “los chamaqueen el PRI y el PAN”.
En estos casos, agregó, siempre el PRI y el PAN “chamaquean” a Acosta Naranjo y a Nueva Izquierda, porque esos partidos tienen los mismos intereses y el PRI, al final, terminará apoyando la reforma energética de Calderón.
- Claves
• El diputado panista Cristian Castaño Contreras mencionó tres puntos que no podrán ser soslayados, porque no tendría mucho sentido impulsar una iniciativa que no contemple alianzas para la refinación.
• Además, pidió a los opositores no confundir los contratos por incentivos con los contratos de riesgo. Los primeros, que contiene la propuesta del presidente Calderón, precisó, garantizan la productividad de las empresas estatales y particulares, sin ningún riesgo de perder el control de la renta petrolera.
• El tercer punto es que el tiene que ver con los ductos y la transportación de energéticos, en donde se plantea que empresas privadas puedan invertir.
Mauricio Juárez, Milenio, 17 de julio.
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