Crece presión contra la reelección de Uribe

BUENOS AIRES.— Junto con su imagen que se dispara y la aceptación de su gobierno en las encuestas, el presidente colombiano, Álvaro Uribe, observa cómo crecen las presiones y las voces, a pesar de ser el presidente más popular de la historia de su país, para que no ceda a la tentación de presentarse a un tercer mandato presidencial, lo que equivaldría a la perpetuación en el poder.

No sólo sus opositores o algún ex presidente con intenciones de volver al Palacio de Nariño, sino también los analistas que más han acompañado su gestión, le recomiendan que siga el camino de esos deportistas que se retiran después de haberlo logrado todo o casi todo, como es su caso.

Su política de Seguridad Democrática, que supo cubrir errores de gobierno y escándalos, pero principalmente las operaciones que terminaron con la vida de los líderes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) Raúl Reyes e Iván Márquez y la liberación de Íngrid Betancourt y los otros 14 rehenes, sin olvidar el deceso del cabecilla guerrillero Manuel Marulanda, completaron el espectacular ascenso de Uribe al Everest de la consideración pública.

Si las elecciones en Colombia fueran hoy y no en 2010, Uribe sería reelecto por 72% (77% aceptaría un nuevo mandato y su popularidad está en 91%) de los votos. De no presentarse, Betancourt, que no dice está boca es mía, pero sí que su destino es la política, obtendría 31% y Juan Manuel Santos, el ministro de Defensa de “las buenas noticias”, 16%.

Pero a la ahora congelada oposición de la Corte Electoral y la Corte Suprema, a la disidencia del ex presidente César Gaviria (1990-1994) quien ya advirtió que se lanzaría si Uribe vuelve a ser candidato, y a las recomendaciones de Ernesto Samper (1994-1998) para quien “una nueva reelección poco tiene que ver con al democracia”, ahora se suman los pedidos para que desista tanto del plebiscito para ratificar su mandato cuestionado por la justicia, como de la reelección.

Desde un editorial, el matutino El Tiempo resaltó que “lo más aconsejable sería que el presidente, cuya legitimidad no está en duda, se ‘baje del bus’ de llamar al pueblo a ratificar su mandato”.

En tanto, el analista Mauricio Vargas, uno de los que acompañó su gestión, se pregunta: “¿No sería acaso un gesto histórico, una lección para el presente y para el futuro que Uribe mismo declarara que no buscará un tercer mandato, con el argumento que él mismo ha expuesto una y otra vez sobre la inconveniencia de que una misma persona se perpetúe en el poder?”.

Ayer, Uribe se reunió por primera vez desde el conflicto con el Poder Judicial, con el presidente de la Corte, César Mauricio Velásquez, ante la mediación del cardenal Pedro Rubiano, para intentar superar el enfrentamiento abierto por su intención de avanzar a un tercer mandato. El encuentro tuvo lugar después de que la liberación de Betancourt tuviera el efecto político esperado por el mandatario: la Corte Electoral desistió de presentar la denuncia sobre las irregularidades en las elecciones de 2002.

Pero restan dos años para los comicios. Y dos años en Colombia es mucho tiempo. Tanto que ayer desde París, Betancourt salió a contradecir por primera vez a Uribe, desde su liberación. La ex candidata y rehén liberada más famosa del mundo, le recomendó al mandatario que aplaque “su radical y extremista lenguaje de odio”, contra las FARC.

“Uribe y no sólo Uribe, sino toda Colombia, deben corregir algunas cosas. Hemos alcanzado el punto donde debemos cambiar el vocabulario radical, extremista de odio, de palabras muy fuertes que dañan de manera íntima al ser humano”, afirmó Betancourt, quien parece querer limitar a Uribe.
José Vales, corresponsal, El Universal, 8 de julio.

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