SANTIAGO DE CUBA.- Cuba conmemoró ayer el aniversario del asalto al Cuartel Moncada, un ritual que el Presidente Raúl Castro podría aprovechar para dar nuevas pistas sobre el futuro del sistema socialista en el país.
Al cierre de esta edición, se esperaba el discurso del Gobernante, de 77 años, en el polígono del antiguo cuartel, hoy ciudad escolar, ante 10 mil invitados y con transmisión en vivo para toda la Isla.
Ayer se cumplieron 55 años desde que un grupo de guerrilleros encabezados por Fidel Castro intentó tomar con las armas dos cuarteles militares de Santiago de Cuba.
El llamado asalto al Cuartel Moncada fracasó y fue duramente reprimido, pero el 26 de julio es un símbolo en la Isla que se interpreta como la semilla del proceso revolucionario que concluyó seis años después con la entrada de las tropas rebeldes en La Habana.
Una serie de obras de mantenimiento al acueducto, instalaciones turísticas y nuevas viviendas populares se culminaron en Santiago en los días previos para darle un aspecto remozado a la ciudad en el festejo.
Al amanecer de ayer fuegos artificiales lanzados desde el Moncada iluminaron el cielo de Santiago, y un grupo de 150 niños, armados de lápices en vez de fusiles, recreó el asalto comandado por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista en 1953.
Dos gigantescas banderas, tricolor de Cuba y una rojinegra del Movimiento 26 de julio, flanquearon una enorme foto del máximo líder de la Revolución, próximo a cumplir 82 años y quien en su larga convalecencia está dedicado a escribir.
La celebración recuerda la última aparición pública de Fidel, que tras los actos del 26 de julio de 2006 en Bayamo y Holguín fue operado de urgencia, cinco días después cedió el mando a Raúl, y desde entonces sólo ha sido visto en videos y fotos.
Hace un año, Raúl Castro anunció "cambios estructurales" durante la fiesta del 26 de julio, emprendió reformas en el agro con la entrega de tierras ociosas en usufructo, eliminó prohibiciones que impedían a los cubanos hospedarse en hoteles, contratar celulares y rentar autos; liberó la venta de computadoras y autorizó permisos a taxistas privados.
Pero muchos cubanos se quejan de que los salarios (de unos 17 dólares al mes) no dan para vivir, a pesar de tener alimentos y servicios subsidiados, y esperan anuncios de nuevos cambios, como la posibilidad de comprar y vender autos y viviendas, viajar sin necesidad de pedir un permiso de salida o abrir pequeños negocios.
Los pobladores de Santiago esperaban ansiosos ver al Presidente y la posibilidad de conocer nuevos cambios.
"Raúl es un hombre del pueblo y los santiagueños somos todos su pueblo", dijo Elizabeth Trumpeta, una lugareña que luego exclamó: "¡Santiago en su corazón".
Al cierre de esta edición, se esperaba el discurso del Gobernante, de 77 años, en el polígono del antiguo cuartel, hoy ciudad escolar, ante 10 mil invitados y con transmisión en vivo para toda la Isla.
Ayer se cumplieron 55 años desde que un grupo de guerrilleros encabezados por Fidel Castro intentó tomar con las armas dos cuarteles militares de Santiago de Cuba.
El llamado asalto al Cuartel Moncada fracasó y fue duramente reprimido, pero el 26 de julio es un símbolo en la Isla que se interpreta como la semilla del proceso revolucionario que concluyó seis años después con la entrada de las tropas rebeldes en La Habana.
Una serie de obras de mantenimiento al acueducto, instalaciones turísticas y nuevas viviendas populares se culminaron en Santiago en los días previos para darle un aspecto remozado a la ciudad en el festejo.
Al amanecer de ayer fuegos artificiales lanzados desde el Moncada iluminaron el cielo de Santiago, y un grupo de 150 niños, armados de lápices en vez de fusiles, recreó el asalto comandado por Fidel Castro contra la dictadura de Fulgencio Batista en 1953.
Dos gigantescas banderas, tricolor de Cuba y una rojinegra del Movimiento 26 de julio, flanquearon una enorme foto del máximo líder de la Revolución, próximo a cumplir 82 años y quien en su larga convalecencia está dedicado a escribir.
La celebración recuerda la última aparición pública de Fidel, que tras los actos del 26 de julio de 2006 en Bayamo y Holguín fue operado de urgencia, cinco días después cedió el mando a Raúl, y desde entonces sólo ha sido visto en videos y fotos.
Hace un año, Raúl Castro anunció "cambios estructurales" durante la fiesta del 26 de julio, emprendió reformas en el agro con la entrega de tierras ociosas en usufructo, eliminó prohibiciones que impedían a los cubanos hospedarse en hoteles, contratar celulares y rentar autos; liberó la venta de computadoras y autorizó permisos a taxistas privados.
Pero muchos cubanos se quejan de que los salarios (de unos 17 dólares al mes) no dan para vivir, a pesar de tener alimentos y servicios subsidiados, y esperan anuncios de nuevos cambios, como la posibilidad de comprar y vender autos y viviendas, viajar sin necesidad de pedir un permiso de salida o abrir pequeños negocios.
Los pobladores de Santiago esperaban ansiosos ver al Presidente y la posibilidad de conocer nuevos cambios.
"Raúl es un hombre del pueblo y los santiagueños somos todos su pueblo", dijo Elizabeth Trumpeta, una lugareña que luego exclamó: "¡Santiago en su corazón".
Con información de agencias, Reforma, 27 de julio.
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